Colombia dos modelos económicos

Las elecciones del 27 de mayo encuentran una Colombia caracterizada por la marginación social, la desarticulación productiva y el endeudamiento externo. Mientras un candidato es una apuesta a un futuro distinto, el otro parece representar el sostenimiento de un presente que duele.

@p_wahren

En Colombia, una de cada tres personas se encuentra en la pobreza. En el campo esa proporción asciende a dos de cada tres. La desigualdad de ingresos entre las personas es la segunda más alta de la región. Los problemas económicos amenazan con agravarse: en los últimos cinco años el país ha duplicado su deuda externa y no está generando la capacidad de repago para la misma.

Las elecciones del 27 de mayo encuentran una Colombia caracterizada por la marginación social, la desarticulación productiva y el endeudamiento externo. Esta situación requiere ser abordada con medidas basadas en los diagnósticos correctos. En este sentido, nos proponemos abordar cuáles son las causas de los problemas señalados y cuáles son las propuestas económicas que presentan los dos principales candidatos a la presidencia: Iván Duque y Gustavo Petro.

¿Cuáles son las causas de estos problemas?

Entre las principales causas del elevado número de pobreza y desigualdad social se encuentra la precariedad del mercado laboral colombiano. La mitad de los trabajadores se encuentra en la informalidad, es decir, no cuentan con derechos laborales. Entre los formales, la mitad está tercerizada, por lo que sus derechos son limitados. El 10% de la población no encuentra trabajo.  El salario mínimo es uno de los más bajos de la región (270 dólares). Aun así, el 55% de los trabajadores no acceden al mismo.

Colombia tiene una matriz productiva desarticulada, basada en la producción primaria y en las finanzas, que no ofrece empleos de calidad. Asimismo, la educación se encuentra descuidada. Apenas dos de cada diez colombianos acceden a la universidad y uno de cada cuatro abandonan la escuela secundaria antes de terminarla.

El resultado de este funcionamiento del sistema productivo es doblemente perjudicial. Por un lado, no permite generar trabajo suficiente y de calidad para los colombianos y colombianas. Por el otro, el financiamiento del país depende fundamentalmente de los ingresos de las exportaciones primarias y de los capitales financieros. Como las primeras son muy sensibles a variaciones en los precios internacionales y las segundas a condiciones financieras internacionales, la consecuencia es una alta vulnerabilidad externa.

De hecho, en los últimos cinco años -en el marco de una fuerte reducción del precio del petróleo- el déficit de cuenta corriente promedió los 4 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto. Esto significa que el país perdió más de 15.000 millones de dólares por año a causa del déficit comercial, la remisión de utilidades y el pago de intereses de deuda.

El bache fue cubierto por deuda externa. Así la deuda externa total sobre el PBI se ubica en 40%, cuando cinco años atrás orillaba el 20%. Si bien el precio del petróleo se recuperó parcialmente en los últimos meses las cuentas no se han equilibrado, y las últimas subas de la tasa de interés de Estados Unidos (el bono a 10 años superó la barrera psicológica del 3%) amenazan con un éxodo de capitales financieros y un encarecimiento del costo de endeudamiento.

¿Qué se propone para resolverlos?

El país enfrenta serios problemas para resolver en materia social y de sustentabilidad de la economía. A continuación se presentaran las propuestas más relevantes de Gustavo Petro e Iván Duque y se analizará su potencialidad para resolver los problemas mencionados.

El Programa económico de Petro[1] tiene como eje la distribución del ingreso, el desarrollo de determinados sectores productivos y el fortalecimiento de la educación. En cuanto a la distribución del ingreso apunta a llevar adelante una reforma fiscal que, entre otras cosas, retrotraiga el IVA[2] del 19% al 16% y elimine el pago de este impuesto para quienes se encuentren por debajo de la línea de pobreza. Propone mejorar la distribución de las tierras a partir de la redistribución de tierras ociosas o que se utilizan para la ganadería intensiva. Plantea conformar un banco público para que aquellas personas o emprendimientos que no pueden acceder al crédito bancario tengan la oportunidad de hacerlo. Promueve un mínimo vital de acceso al agua para que ningún colombiano este privado de este servicio esencial.

En términos productivos el objetivo es que Colombia deje de depender de actividades extractivas y desarrollar la industria (en particular la de bienes de capital) la agricultura, las energías renovables, la ciencia y la tecnología. Un primer paso para ello será renegociar los tratados de libre comercio que hoy limitan la soberanía de la política económica. Esto permitiría, entre otras cosas, promover políticas activas como la provisión de bienes públicos para la agricultura, cambios normativos e inversiones orientadas a promover la generación de energías renovables, políticas de protección de la producción nacional, y orientación del compre público para estimular la industria nacional.

Se espera incrementar la recaudación reduciendo la elusión y la evasión impositiva e incorporando nuevos impuestos como el impuesto predial rural. El gasto, por su parte, se reorientaría en mayor medida a la educación, salud, ciencia y tecnología, y el estímulo de actividades productivas a través del compre nacional y el desarrollo de infraestructura.

Como se puede observar, el programa económico de Petro propone una política económica muy activa para resolver las principales problemáticas colombianas. La tarea no será sencilla ya que enfrente estarán los actuales beneficiarios del esquema económico actual y las tendencias mundiales que han especializado a América Latina como productor de materias primas e importador de bienes y servicios más complejos.

El programa de Duque[3] se presenta mucho menos activo en materia de política económica. La concepción del candidato del Centro Democrático es la de favorecer las condiciones de mercado como camino para resolver los problemas del país.

Para estimular a la actividad productiva, la propuesta principal es profundizar el mercado de capitales, lo que permitiría a las empresas aumentar su financiamiento. En términos impositivos se busca reducir el impuesto a las rentas, bajo la concepción de que si las empresas pagan menos impuestos invertirán más. Otro camino planteado para promover las inversiones privadas es el de garantizar estabilidad jurídica. La creación de empleo, se espera, surja como resultado de una economía más dinámica.

Se reconoce la necesidad de formalizar el empleo, e incluso se destaca que esto permitiría que los empleos sean más estables. Sin embargo, se asocia este problema meramente a la productividad por lo que la necesidad imperiosa de garantizar derechos laborales a los trabajadores queda atada a normas de productividad.

En resumen, el programa de Duque se caracteriza por políticas de tipo horizontal. Este tipo de políticas ofrecen estímulos a la economía en su conjunto sin priorizar ningún sector en particular. El argumento a favor de esta política es que, de esta manera, no se distorsiona el mercado ya que nadie goza de beneficios especiales. El problema es que, en la práctica, sucede que los que terminan sacando mayor ventaja de estas medidas son las empresas más grandes, que se suelen desenvolver en las actividades tradicionales. Por ejemplo, una profundización del mercado de capitales implicaría mayores flujos de capitales para las empresas y actividades ya dominantes, por el hecho de que son las más rentables y, por tanto, las más atractivas para las inversiones privadas. Entonces, lejos de contribuir a modificar la matriz productiva, la consolidaría.

Incluso en sectores que puntualmente se busca desarrollar, los más favorecidos parecieran ser las grandes empresas, sobre todo extranjeras. Tal es el caso del sector de la ciencia y la tecnología, que se quiere estimular endureciendo el régimen de propiedad intelectual. La experiencia muestra que los principales beneficiarios de estas medidas son las empresas extranjeras que pueden patentar sus descubrimientos hechos en el extranjero o apropiarse de los frutos de la innovación local, limitando la disponibilidad del conocimiento para ser usado en nuevas investigaciones y quedándose con las rentas de la innovación.

Difícilmente las políticas de Duque -dejando la economía librada al mercado- logren la necesaria transformación de la matriz productiva que requiere Colombia para no depender más de las actividades extractivas y generar empleos de calidad. Son, justamente, el descuido del Estado en el cumplimiento de los derechos laborales, la aceptación pasiva del lugar como productor de materias primas en la división internacional del trabajo y la extrema concentración de la riqueza los hechos que explican los problemas de Colombia. Si la política económica no enfrenta estas tendencias sino que, por el contrario, las acepta será muy difícil avanzar en los cambios que necesita Colombia.

Mientras un candidato es una apuesta a un futuro distinto, el otro parece representar el sostenimiento de un presente que duele. Esta elección enfrenta más que dos candidatos. Enfrenta dos proyectos económicos opuestos basados en maneras muy distintas de entender la economía.

 

[1]               https://petro.com.co/programa-economia/
[2]               Impuesto que impacta en mayor medida a los que menos tienen.
[3]               https://www.ivanduque.com/propuestas

Pablo Wahren

Magister en Desarrollo Económico (Argentina)

Pablo Wahren es licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires y Magister en Desarrollo Económico de la Universidad de San Martín (UNSAM) y el Doctorado en Desarrollo Económico de la Universidad de Quilmes (UNQ). Se desempeña como Investigador en el CITRA-CONICET, donde se especializa en temas asociados a…