Piñera gobierna casi sin acudir al Legislativo, con una aprobación de su gestión en descenso y el precio del cobre a la baja.

Hoy se cumplen 120 días desde que Piñera asumió su segundo mandato, que también corresponde a la segunda vez -desde el fin de la dictadura- que la derecha logra llegar a la presidencia a través del voto. En esta oportunidad lo hizo con un caudal electoral que sorprendió a todos, incluso a sus propios electores y líderes. Piñera se impuso con el 54%, ganándole por nueve puntos al candidato oficialista, Alejandro Guillier. Hasta ahora, el Gobierno parece tomarse en serio las oportunidades abiertas por ese porcentaje de preferencias ciudadanas.

En el plano mediático/discursivo se ha posicionado desde la autocaracterización de sus decisiones de Gobierno como actos de “mandato popular”, una estrategia comunicacional de confrontación abierta y marcada en contra de su predecesora, Michelle Bachelet, hacia donde el nuevo presidente –y su gabinete- han dirigido todas las criticas contenidas hacia los años de concertación[i] (lo que parece haber derivado –según datos de la encuesta Criteria[ii]– en un aumento en la popularidad de la ex-mandataria -el 22% manifiesta quererla como presidenta nuevamente-). También ha tenido un posicionamiento claro en términos de política exterior: ante la debilidad de Macri, el derrumbe de Pedro Kuczynski en Perú, el desprestigio de Temer en Brasil, Piñera is the man de Estados Unidos para liderar el Grupo de Lima y la ofensiva imperialista contra Venezuela.

En cuanto al  equipo ministerial, el nuevo presidente tomó decisiones arriesgadas:  designó en algunos ministerios a sujetos con nula o poca experiencia en las áreas correspondientes  -son los casos de la cartera de Cultura, las Artes y el Patrimonio, de Mujer y Equidad de Género, Deportes y de Bienes Nacionales- e incluyó a personajes abiertamente pinochetistas, como el ministro de Justicia, Hernán Larraín, un antiguo defensor de Colonia Dignidad[iii] (una secta nazi-pedófila encabezada por el ex-SS, Paul Schäfer)[iv]. Además, a pocos días del cambio de mando, Piñera tuvo que declinar de nombrar a su propio hermano como embajador en Buenos Aires[v] y hoy, a cuatro meses de asumir el Gobierno, todavía no ha concluido su instalación: más de treinta gobernadores, secretarios regionales ministeriales, etc. han debido renunciar a sus cargos a poco andar, debido a los más diversos problemas: desde denuncias de violencia intrafamiliar hasta corrupción.

En el plano legislativo, las primeras acciones apuntaron a un retroceso vertiginoso de las leyes más progresistas impulsadas durante el Gobierno de Bachelet. Con solo quince días de gestión, el nuevo Gobierno se enfrentó a una serie de manifestaciones sociales impulsadas por:

  • El intento de modificación de la Ley del Aborto, una de las más controversiales para la bancada conservadora, que dejó en evidencia fracturas internas del oficialismo –entre sus polos más tradicionales y algunos sectores liberales, que apuestan a la política de la “recuperación de los derechos civiles” (legislando a favor algunas demandas de la minorías, pero sin modificar las condiciones básicas que generan la desigualdad y la exclusión)-. La modificación planteada consistía en la eliminación del artículo que impedía que las instituciones que se declararan objetoras de conciencia mantuvieran convenios con el Estado. Así, algunos centros de salud podrían seguir anteponiendo sus principios éticos y morales a la aplicación de la ley, sin que esto conllevara consecuencias en el plano económico.
  • El decreto de inconstitucionalidad del artículo 63, que prohibía la presencia de personas jurídicas que persigan fines de lucro en las universidades privadas.
  • El congelamiento legislativo de la Ley de Identidad de Género.

Luego un primer mes de arremetida legislativa el ritmo disminuyó, al punto que la oposición ha denunciado la “sequía administrativa”[vi] de la gestión. Este hecho tiene varias interpretaciones: según denuncia la oposición, el Ejecutivo no envía leyes a la Cámara y los esperados proyectos de reforma al sistema de pensiones, reforma tributaria o de salud, ni por casualidad han aparecido por Valparaíso, la ciudad sede del Poder Legislativo. El Gobierno se defiende y dice que en el Congreso hay “obstruccionismo”. Una tercera postura opina que ni lo uno, ni lo otro: que se trata de una estrategia de la derecha para no afrontar la mayoría que la oposición tiene en ambas Cámaras y preferir gobernar por decreto, al estilo Macri. De hecho, solo durante los primeros dos meses de Gobierno las autoridades de la nueva administración retiraron reglamentos, bases de licitación, nombramientos, contrataciones, convenios, y, en definitiva, se solicitó el retiro de 405 actos administrativos[vii] (reglamentos, bases de licitación, nombramientos, contrataciones etc.).

En cuanto a las manifestaciones de calle, el reto más contundente provino de donde menos se lo esperaba la élite: el movimiento feminista chileno. Ningún cálculo pre-electoral, análisis político o predicción demoscópica vio lo que se venía: una intensa erupción social de la cuestión “género” –con énfasis en las demandas feministas- tan contundente, radical, organizada y energizada que el tema se ha tomado la agenda social y gubernamental de los últimos meses. Con demandas contra la discriminación y el acoso sexual, las estudiantes chilenas (universitarias, hijas de la llamada “revolución de los pingüinos” y colegialas) han realizado tomas y ocupaciones de colegios y universidades públicas, destacándose la toma de la facultad de Derecho de la Universidad de Chile, que duró 74 días y que concluyó con la modificación de los protocolos para enfrentar acusaciones de abusos sexuales y laborales.

El movimiento feminista se ha fortalecido notoriamente y no hay planificación política, operación mediática o estrategia de marketing que lo detenga. Por el contrario, algunas referencias machistas de Piñera solo han aumentado el malestar antipatriarcal que recorre el país como viento puelche. Acá se suma lo mencionado anteriormente: al finalizar la cuenta pública, saliendo del Congreso, Piñera le dijo a la presidenta de la Cámara de Diputados, la socialista Maya Fernández de Allende –nieta de Allende e hija de Tati Allende-  “Tan linda que se ve y tan dura que es»… fue como apagar el incendio con gasolina[viii].

Con la ruta trazada por estos hitos, la profundización hacia la derecha continuó en una escalada violenta en contra de los derechos humanos. Un ejemplo en este plano es la Operación Jungla. Así denominaron los creativos de los aparatos de inteligencia el envío a territorio mapuche de un grupo especial, compuesto por cerca de un centenar de policías chilenos -entrenados en Colombia con la misma metodología aplicada para la creación de los Comandos Especiales Jungla, un cuerpo especial antinarcóticos con especial influencia de la Agencia Nacional del Crimen de Gran Bretaña-.[ix]

También se otorgó, por primera vez en el período post-dictadura, un indulto presidencial a un ex-militar condenado por violaciones a los Derechos Humanos. Ningún Gobierno se había atrevido antes a hacer lo que, el 24 junio, hizo Piñera: indultar “por razones humanitarias” a un militar de la cárcel especial Punta de Peuco, recinto penal donde cerca de un centenar de ex-uniformados cumplen condena por sus crímenes de lesa humanidad. El beneficiado fue el ex-coronel René Cardemil, condenado a diez años y un día de prisión en el marco del llamado Caso Torres de San Borja. Se trata de un hecho ocurrido en octubre de 1973, en el cual una patrulla militar detuvo a un matrimonio de turistas argentinos (a quienes el golpe encontró en Santiago), a un funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI), un estudiante universitario, un dentista, y un importador y militante del derechista Partido Nacional que posteriormente fueron fusilados a las afueras de Santiago. Aunque el indulto no se aplicó -puesto que el ex-coronel murió antes de que éste ingresara al Ministerio de Justicia-, el hecho sienta un precedente.

Con todo esto, el Gobierno de Piñera parece sostenerse exclusivamente en la firmeza de los indicadores económicos (era lo esperado, puesta su imagen de presidente-empresario); firmeza que, hoy por hoy, puede tambalearse por la repentina caída del precio del cobre (que representa el 52% de las exportaciones y la principal base del PIB) y que no ha impedido, hasta ahora, el aumento en la tasa de desempleo[x].

Otro de los factores que suma a la estabilidad del Gobierno es la aún persistente desorientación táctica y estratégica de la oposición. La ex-Nueva Mayoría (bloque del Gobierno de Michelle Bachelet) ya no existe y está en re-articulación. Por su parte, el Frente Amplio -que irrumpió en escena con veinte diputados y un senador- aún muestra signos de falta de claridad en cómo dar la batalla política al interior de espacios institucionales, y carece (aún) de principios doctrinales que permitan entender políticamente esa alianza y cohesionarlos como bloque.

La vertiginosa caída de los indicadores de aprobación

Hasta ahora, las decisiones tomadas en función de la legitimidad que otorga un 55% de apoyo electoral no han encontrado en su aplicación un eco que se traduzca en mantener este porcentaje: solo en el mes de junio, la desaprobación sobre la manera como Sebastián Piñera está conduciendo su Gobierno pasó de un 26% en la primera semana del mes, a un 31% al finalizar el mes, según datos de la encuesta CADEM[xi]. Esta misma variable ha aumentado en diez puntos desde marzo, cuando el 21% desaprobaba la gestión.

En cuanto a los puntos álgidos de la gestión, el mayor descontento se concentra en torno a los sectores vinculados a los derechos sociales: el 75% desaprueba la forma en que el Gobierno está gestionando el sistema de pensiones, seguido por un 68% de descontento en las áreas de salud y corrupción, y un 60% en educación. Las otras áreas en que la gestión gubernamental genera más descontento que aprobación son: transporte público, conflicto mapuche, delincuencia y demandas feministas.

En el contraste con el comienzo del Gobierno, las áreas en que más ha disminuido la aprobación entre marzo y junio son: salud (pasó de un 42% de aprobación a un 28%), pensiones (de 32 a 19%), educación (46 a 36%), empleo (63 a 43%) y Sename (tema infancia y adolescencia, de 57 a 45%).

Por otro lado, el Gobierno ha logrado disminuir la brecha entre quienes apoyan el desempeño del equipo de ministras y ministros, y quienes lo desaprueban, al punto de invertir las variables. En marzo, el gabinete contaba con 49% de aprobación y un 27% de desaprobación; para finales de junio, el 48% de los encuestados desaprobaban su desempeño.

Considerando que la estabilidad económica es unos de los puntos que mantiene la imagen de Piñera, corresponde atender a los indicadores de aprobación y apoyo, ahora que los precios del cobre bajan. Ha sido casi un hecho de justicia poética que este derrumbe coincida con el aniversario de la nacionalización del cobre que impulsó el presidente Allende, quien logró que el Congreso –donde la Unidad Popular era minoría- aprobara por unanimidad esa histórica medida.  Hoy, 47 años después, todo indica que el cobre volverá a definir la concreción del apoyo o rechazo popular al Gobierno. Y, esta vez, los números apuntan al rechazo.

 

[i] http://www.latercera.com/politica/noticia/oposicion-se-enfrenta-gobierno-alusion-gestion-bachelet/190150/
[ii] https://www.criteria.cl/
[iii] https://www.eldinamo.cl/nacional/2018/01/24/el-video-que-hernan-larrain-quiere-enterrar-reviven-registro-del-nuevo-ministro-de-justicia-y-dd-hh-inmolandose-por-paul-schaffer/
[iv] http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-36792543
[v] https://www.24horas.cl/politica/ampuero-y-retiro-de-designacion-de-pablo-pinera-no-se-podia-esperar-por-tanto-tiempo-porque-las-relaciones-con-argentina-son-cruciales-2700865
[vi] http://www.latercera.com/politica/noticia/oposicion-acusa-contradiccion-pinera-e-insiste-sequia-legislativa/227905/
[vii] http://www.latercera.com/politica/noticia/pinera-freno-al-menos-405-actos-administrativos-primeras-dos-semanas-gobierno/135419/#
[viii] http://www.eldesconcierto.cl/2018/06/01/video-pinera-no-entiende-nada-le-dijo-a-maya-fernandez-tan-linda-que-se-ve-y-tan-dura-que-es/
[ix] http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2018/07/10/comando-jungla-el-historial-de-la-policia-colombiana-que-formo-a-carabineros-para-operar-en-la-araucania/
[x] http://radio.uchile.cl/2018/04/30/tasa-de-desempleo-aumenta-en-primer-trimestre/
[xi] https://www.cadem.cl/encuestas/

 

Pedro Santander

Dr. en Lingüística (PUCV) (Chile)

Pedro Santander es doctor en Lingüística por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Chile (Uch). Actualmente es director del Observatorio de Comunicación de la PUCV. Es profesor titular de la Escuela de Periodismo de esa universidad, donde está a cargo…

Taroa Zúñiga

Licenciada en Sociología (UCV) (Venezuela)

Taroa Zúñiga es licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela (UCV). Actualmente cursa la Maestría en Estudios del discurso de la misma universidad. Es Investigadora del Colectivo / Cooperativa Ejército Comunicacional de Liberación (Venezuela). Militante feminista, fundadora del colectivo Faldas en revolución (ahora RIAS, Red de Información por…