El pasado 21 de noviembre ninguna de las candidaturas presidenciales chilenas obtuvo la mayoría absoluta de votos válidamente emitidos en la primera vuelta electoral.
Con una participación del 47,3 % (7.114.800 millones de votos) José Antonio Kast (Partido Republicano), quedó en primer lugar con un 27,9 %, y 1.961.387 votos, sobre Gabriel Boric (Apruebo Dignidad), con un 25,8 % y 1.814.777 votos. En tercer lugar, Franco Parisi (Partido de la Gente) con un 12,8 % y 899.230 votos, seguido de Sebastián Sichel (Chile Podemos +) con 12,78 %, con 898.331 votos. En quinto lugar, Yasna Provoste (Nuevo Pacto Social), con un 11,6 % con 815.429 votos, Marco Enríquez-Ominami (PRO- Partido Progresista) con un 7,6 % y 534.252 votos, y finalmente Eduardo Artés (Unión Patriótica) con 1,5 % y 103.202 votos.
El próximo domingo 19 de diciembre J.A. Kast y G. Boric se medirán en el ballotage.
J. A. Kast no es un candidato cualquiera, representa el pasado pinochetista aggiornado por las corrientes neoultras bolsonarista o trumpista. Con un discurso fácil, incendiario, negacionista de los derechos humanos, es el intento de ensayar en Chile una derecha radical antidemocrática despertando las ascuas de los añorantes de la dictadura y tratando de enganchar con el descontento popular.
De cara a esta segunda vuelta, ha intentado matizar esta dura imagen, presentando un nuevo programa en el que rebajó alguna de sus propuestas más polémicas, tratando de recuperar espacio entre el voto femenino (por ejemplo, no cerrar el Ministerio de la Mujer) o de diversidades sexuales. De las candidaturas enfrentadas en primera vuelta, Sichel ha expresado su apoyo a Kast.
Por su parte G. Boric, candidato del Frente Amplio y del Partido Comunista de Chile, también ha trabajado en un viraje al centro, incorporando a sus equipos importantes perfiles de la Democracia Cristiana (DC), del Partido Socialista (PS) y del Partido por la Democracia (PPD), aunque quizás lo más destacable en esta segunda parte de la campaña electoral, es la intensificación de presencia en la calle, multiplicando a su vez los apoyos de rostros conocidos de la cultura o del activismo. La campaña de “Un millón de puertas por Boric”, lanzada por su comando de campaña y liderada por las diputadas Karol Cariola y Alejandra Sepúlveda, se circunscribe en esta estrategia, tratando de llevar puerta a puerta su programa. También se ha activado en algunas redes sociales que no se habían tenido en cuenta en la primera vuelta.
Perfiles apartidistas, símbolos de la impugnación de la institucionalidad, como Fabiola Campillai o Gustavo Gatica, han llamado a la participación para frenar la vuelta del pinochetismo, pidiendo el voto por el candidato frenteamplista. Hemos venido advirtiendo de la posible desvinculación hacia la candidatura de Boric de cierto perfil de votantes, impugnatorios, activistas de las revueltas del estallido, y es por ello que estas declaraciones de personas ampliamente refrendadas en estos sectores, llamando a no permanecer indiferentes ante el ascenso de la ultraderecha, pueden ser clave. De las candidaturas enfrentadas en primera vuelta, Provoste, Enríquez-Ominami y Artés, han expresado su apoyo a la Boric, y figuras emblemáticas, como la expresidenta Michelle Bachelet también han expresado su apoyo.
Las previsiones
Hasta la fecha, todas las encuestas presentadas dan la victoria a Gabriel Boric con entre el 39 % y el 54 % frente a una horquilla entre el 24,5 % y el 45,3 % para el candidato del Partido Republicano. La indecisión se mueve desde el 16 % al 35,1 % (ver cuadro al final).
Los votantes de Provoste, Artés, y Enríquez-Ominami votarían en su práctica totalidad a Boric, mientras que los de Sebastián Sichel lo hacen por Kast en esta segunda vuelta. Sobre los votantes de Parisi, en un 45 % se inclinan por votar a G. Boric, y solo un 18 % lo harían por J.A. Kast, con un 37 % aún de indecisos.
Entre el espectro de votantes que no votó o votó nulo, nos encontramos con poca movilización, ya que prácticamente la mitad no sabe si votará o a quién, y entre los que se deciden a hacerlo, el reparto es casi homogéneo entre las dos candidaturas (28 % para Boric, 23 % Kast).
Se deduce de todo ello que hay dos principales puntos en disputa: la posibilidad de incrementar la participación a favor de cada candidato, y el destino de los votos de los votantes del Partido de la Gente de F. Parisi.
En relación con el primer punto, nunca la segunda vuelta en Chile ha significado un descenso de participación, salvo en las elecciones del 2013, las primeras que se llevaron a cabo con el sistema del voto voluntario. En la segunda vuelta entre Michelle Bachelet y Evelyn Matthei la participación bajó levemente, lo que podría deberse a la percepción mayoritaria de la victoria de Bachelet que ganó con un 62,17 % frente al 37,83 % de E. Matthei. Si nos fijamos en las últimas elecciones del 2017, la segunda vuelta entre Sebastián Piñera y Alejandro Guillier sí supuso un incremento de participación en 333.509 votos, un 2,3 %.
Pero, si hablamos de la posibilidad de incrementar esta participación, ¿de cuánto hablamos? La mayor participación en unas elecciones desde la supresión del voto obligatorio fueron las del plebiscito de octubre pasado. Aquí la participación alcanzó la cifra de 7.573.914 de votos, un 50,81 % de los cuales 5.899.683 fueron para el APRUEBO y 1.634.506 para el RECHAZO.
La diferencia en votos entre el plebiscito y las elecciones presidenciales del 21N fue de casi medio millón de votos. Podemos considerar que esta sería la máxima bolsa de votos que podría estar disponible.
Según el análisis de Decide Chile para las elecciones de 2017, el aumento de la votación fue mayor en zonas donde Piñera y Guillier habían obtenido mejores resultados en la primera vuelta, y fue menor en los lugares en los que Beatriz Sánchez fue la opción más votada. Si se consolida la tendencia, el incremento de la participación beneficiaría a Boric en las comunas de mayor tamaño (ya que es en las comunas de más de 300.000 habitantes donde Gabriel Boric obtiene su mejor resultado) y en las de menos de 50.000 para Kast. En el norte, donde la opción más votada fue Parisi, podría experimentarse un retroceso en la participación.
En cuanto a los 899.230 votos el Partido de la Gente (Parisi), que supusieron un 12,8 % del total, hay pocas certezas. Las dos candidaturas han hecho esfuerzos por tratar de atraerlos, J.A. Kast acudió al programa online de Parisi, Bad Boys. G. Boric declinó su participación en el último momento. Según la encuesta de CADEM que presentamos anteriormente, pareciera que la mayoría de los votos podrían ir al candidato frenteamplista, pero hay un 37 % que no parece haberse decidido, de hecho, dos de los diputados electos de este partido (Gaspar Rivas y Karen Medina), abogaban por la abstención o por el voto nulo.
Si consideramos que, excepto F. Parisi, de una u otra manera los candidatos de la primera vuelta han ido manifestando su apoyo a una de las dos candidaturas, y ensayamos a sumar todos los votos siguiendo estos pronunciamientos, el resultado sería el siguiente:
J. A. Kast + S. Sichel= 2.859.718, es decir el 40,68 %.
G. Boric + Y. Provoste +ME-O + E. Artés= 3.267.660, es decir el 46,5 %.
Los votantes del Partido de la Gente (ya dijimos casi 900.000), así como el incremento de la participación (que podría rozar el máximo histórico del plebiscito con casi medio millón de votos), tendrían en su mano la llave del resultado.
En cualquier caso, tendremos que esperar al 19D para saber si Chile puede seguir adelante hacia la construcción de un nuevo país o si, por el contrario, se resucitan los fantasmas del pasado, lo que provocaría un fuerte choque con el cambio que, sin duda, ya se ha iniciado y se articula desde la Convención Constitucional.