Las FinTech empiezan a ocupar un terreno cada vez más importante en el sistema financiero internacional. El principal dato para mostrar el peso de estas firmas tecnológicas dedicadas a las finanzas se encuentra en el procesamiento de los pagos. Las FinTech ya explican el 20% de las transacciones en el mundo. Se trata de una cifra que no representaba ni el 5% de las operaciones hace menos de diez años.
El dinero circulando por Internet y de forma digital empieza a ser la regla. Es una tendencia natural de las sociedades. El avance de las FinTech no discrimina países desarrollados ni en desarrollo. El caso de Kenya, con la popularidad de M-Pesa, y de China, con la masificación de los pagos con QR (quick response) a través de WeChat, son paradigmáticos.
Las tecnologías para permitir los pagos digitales avanzan en dos direcciones. La primera se asocia con FinTech, que mantienen criterios tradicionales de centralización y desarrollan sus negocios como proveedores de dinero virtual. La segunda se vincula con las empresas que optan por la descentralización de las transacciones, explorando en las innovaciones de los últimos años, como las redes blockchain.
Pagos centralizados vs descentralizados
La diferencia entre la centralización y descentralización de las transacciones es un elemento clave para entender las tendencias financieras. Se puede plantear en forma intuitiva cuáles son las principales diferencias entre ambas tecnologías.
El flujo de una transacción bancaria (o de una FinTech, que opera como un proveedor simple de dinero virtual) es sencillo y ayuda a aclarar algunos temas.
Transacción bancaria o FinTech normal (centralizada)
- Bob envía dinero → Banco o Fintech Intermediario → Alice recibe dinero
- ¿Cuál es el rol del banco intermediario?
- El banco asegura que, efectivamente, Bob envió la plata y que Alice la recibió.
- El banco es un garante y evita que puedan generarse problemas o trampas en la transferencia del dinero entre Bob y Alice.
Las redes blockchain aprovechan de forma eficiente la tecnología para no tener un único intermediario que revise y asegure que se hicieron las transacciones.
Transacción en la blockchain (descentralizada)
- Bob envía dinero → Blockchain → Alice recibe el dinero
- La blockchain es un mecanismo público para validar que Bob envió dinero y Alice lo recibió.
- Los participantes de la blockchain se encargan de hacer esta verificación evitando que tanto Bob como Alice puedan hacerse trampa.
La tecnología empleada para evitar el banco intermediario no es complicada de entender. En términos intuitivos, cada transacción (como la que hizo Bob a Alice) puede pensarse como un conjunto de datos que se van acumulando (guardando).
Los nuevos datos que van llegando (cada nueva transacción) se vinculan (encadenan) con las transacciones anteriores. Para los que saben de programación una forma de pensarlo es que las nuevas transacciones se van guardando como una lista:
- Transacciones_encadenadas = [transacción 1, transacción 2, transacción 3,…]
Los nuevos datos incorporados a esta lista se vinculan con los datos anteriores de manera relativamente fácil. Para hacer el vínculo se relacionan los datos en forma cronológica y se los asegura en forma criptográfica.
El conjunto de datos (cada nueva transacción) puede pensarse como un bloque único. Las transacciones se realizan en un determinado momento y pueden ser clasificadas con un identificador único e irrepetible. En la medida en que se van sumando nuevas transacciones se forma una cadena acumulada de bloques. No es otra cosa que la blockchain.
Situación de las FinTech en Latinoamérica
Latinoamérica cuenta con numerosas firmas que empiezan a explorar el negocio potencial de la industria FinTech. Por el momento, son mayoría las que se vuelcan a mantener el statu quo de la centralización en las operaciones financieras.
En lo próximos años, no obstante, en la medida que las redes descentralizadas continúen la evolución, parece difícil que no se imponga el uso de la blockchain. Los fondos de inversión ya miran raro a los emprendedores (startups) que presentan un proyecto pensado para los próximos cinco años y no contemplan esta tecnología.
El punto que resulta claro es que el predominio de las instituciones bancarias tradicionales en el movimiento del dinero empieza esfumarse. La carrera contra la banca está en marcha y la flexibilidad de las FinTech la hace mucho más rápida.
El ritmo de generación de nuevas empresas dedicadas a la tecnología y las finanzas en la región resulta sorprendente y muestra el boom del sector. El relevamiento elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) precisa los siguientes datos:
Estos datos muestran las diferencias notables con el sector bancario tradicional, que en los últimos años no generó nuevas instituciones e incluso en algunos países se han reducido por efecto de la concentración (fusión de entidades).
Brasil es uno de los países de la región con mayores iniciativas FinTech. El 23% de las startups del sector se dedican a medios de pago y el 17% a manejar en forma más amigable las finanzas de otras empresas. El 6% de las firmas se vuelcan a los seguros y un 4% al trading de activos.
La gran mayoría de estas empresas se mantiene en la lógica de centralización del negocio y funcionan como intermediarios únicos para validar las transacciones en sus plataformas. Por el momento se registra un 2% de las empresas que están explorando el terreno de la blockchain y la descentralización.
La globalización FinTech
Un dato interesante para observar de las FinTech es si operan sólo en el mercado local o si lograron expandirse a otros países de la región o el mundo.
La Argentina lidera el ranking de internacionalización, puesto que el 48% de las firmas del sector declaran realizar negocios también fuera del país. En el podio sigue Brasil, con un 30% y México, con el 10%. Este dato muestra la capacidad de Latinoamérica para generar productos tecnológicos con impacto global.
Los datos relevados por distintas instituciones como Finnovista permiten observar, también, desde dónde arriban las FinTech de países desarrollados para operar en la región. Del total de empresas extranjeras que despliegan negocios en Latinoamérica, el 65% son de origen europeo, el 31% de Norteamérica y el 4% de Asia.
¿Qué países prefieren las FinTech del mundo? Los indicadores registran que México, Brasil, Colombia, Perú y Argentina lideran la llegada de FinTech extranjeras. En datos duros, del total de firmas del extranjero que llegan a la región, el 74% opera en México, el 46% Brasil y 27% en Argentina.
Economías con un interés medio de estas firmas globales son Chile (22%), Ecuador (15%), Guatemala (14%) y Uruguay (12%). En muchos casos la regulación más o menos flexible determina el arribo.
Recomendaciones para la región
La llegada de FinTech extranjeras a la región es un elemento interesante en varios frentes. Permite aprender de primera mano (in situ) las mejores prácticas del mundo desarrollado e intentar replicarlas a nivel local. Pero debe ser estratégico. Latinoamérica tiene la posibilidad de ser un actor no pasivo en este nuevo nicho de negocios.
Existe una oportunidad para la región de no repetir los errores del pasado y dejar que toda la nueva tecnología se imponga de afuera. Los países de la región tienen potencial para poder realizar innovaciones profundas en materia de tecnología y finanzas, con el objetivo de escalarlas a nivel global.
La ola FinTech es una verdadera posibilidad para que la región se inserte en una cadena de valor que empezó a configurarse en los últimos años y que movilizará una gran cantidad de capital durante las próximas décadas.
La región debería especializarse dentro de este sector en la rama más prometedora: el uso de la blockchain (que transforma el paradigma de los negocios hacia la descentralización). Un número cada vez mayor de expertos en tecnología e incluso en finanzas aseguran que esta tecnología es la nueva Internet y que aún falta mucho por hacer.
El desarrollo de un hub de innovación blockchain en Latinoamérica no puede postergarse y tiene que ser una decisión firme de los estados. Economías como Suiza lo pusieron en práctica en los últimos años porque quieren seguir liderando las finanzas globales. El ‘cripto valley’ suizo es uno de los puntos de reunión principal para que se instalen y aprovechen sinergias las empresas del mundo interesadas en este sector.
La inversión pública es una clave indispensable para potenciar el desarrollo de estas nuevas tecnologías. La transformación de Latinoamérica en un propulsor del sector requiere saltos exponenciales en la cantidad de especialistas digitales.
Esto se debe a que la descentralización no requiere gran inversión en equipamiento o en instalaciones. La Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) lo describió a la perfección:
“Por caso, la plataforma Ethereum (una de las redes blockchain pioneras) se presenta como un sistema de infraestructura cero; el hardware y la energía necesarios se generan, se hacen disponibles y remuneran de un modo también autónomo. Solo se requiere capacitación y esfuerzo humano y grandes cuotas de decisión. Por lo mismo, los costos de desarrollo son comparativamente bajos y abordables por cualquiera de los países de la región.” (Cepal, 2018)
La conclusión es transparente. Puede hacerse mucho. El primer paso es, sin duda, potenciar el número de expertos en tecnologías para ayudar a transformar a la región en un polo de innovación financiera y digital. Las barreras de entrada no son elevadas y el nicho para insertarse a nivel mundial en este sector no puede pasarse por alto.
Las condiciones iniciales de la región no son malas. Existen expertos de alto nivel y una alta capacidad de desarrollo. Según datos de la Cepal, la región (excluido México) cuenta con 32.337 profesores especializados en tecnologías digitales, mientras que se contabilizan por año cerca de 40.000 graduados en carreras de ingeniería y tecnología.