En febrero de este año [1], alertábamos sobre la conformación de una unidad denominada “Convergencia Democrática”, que al calor de las movilizaciones del año anterior había logrado algún grado de afinidad entre personajes poco compatibles en términos de sus ambiciones personales. Este espacio de construcción política, en clara oposición al correísmo, estaba integrado por el movimiento Podemos del prefecto de la provincia de Azuay, Paúl Carrasco; Sociedad Unida Más Acción (SUMA) del alcalde de Quito Mauricio Rodas; el Partido Social Cristiano, de Nebot, alcalde de la ciudad de Guayaquil y Avanza de Ramiro González, éste último, ex ministro de Industrias y la Productividad, quien en las últimas elecciones seccionales obtuvo 36 alcaldías y una prefectura, pero que viró su discurso bajo la necesidad de construir una alternativa al correísmo.
Para “Convergencia Democrática” los ejes de la disputa debían concentrarse básicamente en la recuperación de la democracia, materializada en la derogación de las enmiendas constitucionales, la defensa de la libertad mediante la eliminación de la Ley de Comunicación y, en el ámbito económico, garantizar el manejo de un Estado eficiente, capaz de generar seguridad jurídica. En términos prácticos, la estrategia era poder contar con una mayoría en la Asamblea Nacional, “esto implica que los asambleístas electos por los grupos que conformemos La Unidad o convergencia de objetivos tendrá una absoluta coincidencia y unidad de acción respecto de, como ya hemos señalado, recuperar para el país la democracia, la libertad y fundamentalmente el progreso y bienestar de sus habitantes, hoy seriamente afectados» [2].
Este panorama de organicidad y unidad parece haber cambiado cuatro meses después tras el anuncio del Partido Social Cristiano (PSC) – Madera de Guerrero de postular a Cynthia Viteri como candidata a presidenta para las próximas elecciones de febrero de 2017 basado en supuestos datos de las encuestas de opinión pública en las cuales la candidata tendría una popularidad cercana al 12 %.
Viteri ya participó en las elecciones presidenciales en 2006 cuando obtuvo solo el 9 % de los votos. Es oriunda de Guayaquil, donde dirigió el Departamento de Comunicación del Municipio durante la administración de León Febres Cordero. Cuenta con una trayectoria en el espacio legislativo: En 1997 participó como candidata por el Partido Social Cristiano en las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente obteniendo de esta forma un curul. En 1998 también fue candidata y ganó un escaño como diputada. Volvió a presentarse y ganar un escaño en el Congreso en 2003. En 2009, fue candidata a asambleísta por Guayas representando a PSC-Madera de Guerrero y en las elecciones legislativas de 2013 encabezó la lista de parlamentarios nacionales por la misma coalición [3].
El anuncio de su candidatura no fue bien recibido por el resto de miembros de la “Unidad”. El primero en desmarcarse y expresar sus críticas fue el prefecto de Azuay, Carrasco, quien señaló que tal decisión rompió con la agenda que tenía el grupo opositor en tanto existía un consenso en que la estrategia era armar un plan de gobierno antes que presentar candidatos. De esta forma, aun cuando consideró que la postulación podría ser legítima anticipó su decisión de no apoyar a Viteri.
Carrasco parece haber dejado en suspenso su vínculo con la Unidad e inclinarse hacia el “Acuerdo Nacional por el Cambio”, una iniciativa política donde conviven Unidad Popular y Pachakutik. Además de haber sido propuesto por el Consejo Nacional del Pueblo Montubio como candidato presidencial para las próximas elecciones. Sin embargo, Nebot ya adelantó que no se trata de un rompimiento de la unidad y afirmó que en los próximos días habrá una reunión con Carrasco.
Otro de los disidentes fue SUMA, organización política que propone convertirse en una “plataforma de diálogo”, llamando a los demás miembros de la Unidad a no dispersar el electorado. De esta forma, tanto Podemos como Suma están más próximos a entablar negociaciones con “Acuerdo Nacional por el Cambio” que a mantenerse en la Unidad.
En este escenario, la jugada de Viteri parece no solo fracturar el intento de unidad sino aislar también a los socialcristianos en el campo político preelectoral y consolidar el “Acuerdo Nacional por el Cambio”, cuya plataforma está vinculada a desarrollar una economía productiva y solidaria; respetar las libertades; defender y profundizar la democracia; y promover la ética y la lucha contra la corrupción. Así, la supuesta “unidad” de los sectores de oposición al correismo parece sucumbir en las luchas intestinas por definir quién es el candidato para las próximas elecciones generales de febrero de 2017.
[1] https://www.celag.org/ecuador-la-unidad-de-la-oposicion-por-maria-florencia-pagliarone/
[2] http://www.eluniverso.com/noticias/2016/01/19/nota/5355895/unidad-buscara-convergencia-legislativa-2017
[3] http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/politiko-2017/1/la-postulacion-de-cynthia-viteri-para-la-presidencia-remece-a-la-unidad