Los temas debatidos en la Cumbre y las reuniones de Duque con representantes del Gobierno y el sector privado de EE.UU. refuerzan el rol clave de Colombia para la seguridad hemisférica.

A mediados de julio se llevó a cabo en Colombia la Cumbre de la Concordia, organizada por el sector público-privado estadounidense y el Gobierno colombiano, para debatir sobre los problemas que enfrenta y el rumbo que debería tomar el recientemente electo Gobierno de Iván Duque. El rol protagónico de figuras empresariales y ex-funcionarios estadounidenses en la política colombiana marca una continuidad con las anteriores gestiones de Uribe y Santos, y esta tendencia se evidenció tempranamente en el nuevo Gobierno con los viajes de Duque a EE.UU. y sus reuniones con altos funcionarios de ese país.

Antecedentes y vínculos con EE.UU.

No es de extrañar que Duque se haya ocupado especialmente de sus vínculos con EE.UU. como aprestamiento para iniciar su gestión, pues las élites colombianas mantienen una estrecha relación de colaboración con el país del norte, al punto de estar plenamente alineado a las definiciones de política internacional de los EE.UU. y con una dependencia del sector externo de la economía a seis años de firmado el Tratado de Libre Comercio.

Los beneficiarios del modelo económico extractivista y especulativo, que apoyaron en la campaña electoral a Duque, son parte fundamental de dicho alineamiento. El monto exportado por Colombia a los EE.UU. desde el 2012, fue de 85.278,8 millones de dólares, de los cuales 62.973,3 millones (el 73,8%) corresponden a productos minero-energéticos y 22.305,5 millones (el 26,2%) a productos no mineros (muchos de ellos agropecuarios con poco valor agregado).[1] El TLC incluye la demanda de empresas estadounidenses de una mayor seguridad jurídica, el cumplimiento de una ley de patentes que impida cualquier decisión soberana (especialmente en medicamentos) y la generación de mayores desregulaciones laborales.[2]

Estas medidas fueron anunciadas por Duque en su campaña y se suman a la restauración plena de la política punitiva de la “guerra contra las drogas” adelantada por los EE.UU., que contradice las premisas de los acuerdos de paz y que, en lugar de acabar con el tráfico de drogas, desencadenó la violación sistemática de los DD.HH.[3] En ese camino, Duque y los funcionarios estadounidenses celebraron la decisión de Santos de convertir a Colombia en socio-global de la OTAN.[4]

Cumbre de la Concordia

Concordia es una fundación estadounidense creada por Matthew A. Swift y Nicholas M. Logothetis en 2011, autodefinida como “líder en ejecución de alianzas público-privadas con impacto social en todo el mundo”. La componen CEOs de transnacionales estadounidenses, líderes del mundo académico, políticos y ex-funcionarios del Gobierno de EE.UU. y de diferentes países. La Cumbre está ligada al grupo empresarial Libra, de la familia Logothetis, que controla 30 filiales activas en 35 países repartidos por seis continentes. Está especializado en seis sectores principales: aviación, energía, inversiones en hotelería, bienes raíces, transporte marítimo, e inversiones diversificadas, con importante presencia en América Latina[5].

Al igual que otras fundaciones y think tanks, Concordia agrupa a personalidades de la derecha neoliberal regional: en su Consejo Directivo se encuentran los ex-presidentes Álvaro Uribe Vélez, Felipe Calderón, Kevin Rudd y VairaVike-Freiberga. Como Asesor de la Junta Directiva encontramos a John Negroponte, uno de los principales implicados en las estrategias contrainsurgentes de EE.UU. en Centroamérica en los ’80,[6] también implicado en el derrocamiento del presidente hondureño Manuel Zelaya en 2009.[7]

La cumbre de Concordia es un ejemplo más del modo en que operan las fundaciones estadounidenses en la región, articulando intereses públicos y privados para incidir en la elaboración de la agenda local e internacional por medio de las “voces expertas” que llegan a diversos sectores: gobiernos, empresas y academias. Además, tiene llegada a un público más amplio por medio de vínculos con la prensa.[8] Precisamente, la cumbre realizada en Bogotá contó con el apoyo del Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga, la Federación Nacional de Comerciantes (dirigida por Guillermo Botero, designado por Duque Ministro de Defensa) y medios como Noticias RCN y NTN24.

Para resumir el posicionamiento o tipo de ideas que busca reproducir esta fundación, resulta representativa la declaración de Swift respecto de Colombia, afirmando que es “la democracia más resistente del continente”.[9]

Los problemas de Colombia y la región

Los asistentes destacados en la reunión fueron Juan Manuel Santos, Iván Duque, Álvaro Uribe, el ex-vicepresidente estadounidense Joe Biden, Mark Green -director general de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)-, y David Petraeus, ex-director de la CIA.

Entre los principales temas que se analizaron destacan dos principales: «La crisis de los narcóticos: del cultivo al tráfico» y «Venezuela: una crisis local con impacto global», seguido de cuestiones como la seguridad cibernética, las prácticas de mercado y aspectos relativos a recursos naturales.

Guerra contra las drogas

Para debatir sobre la lucha contra el narcotráfico, contaron con la presencia de Bill Richardson, ex-gobernador del estado de Nuevo México (EE.UU.). Se habló de apostar por un acuerdo regional para enfrentar los problemas de narcotráfico y seguridad, sin entrar en mayores detalles al respecto. Vale recordar que en los últimos meses, la DEA ha “alertado” sobre el incremento en la producción de cocaína y de los cultivos de coca. Esta advertencia podría ser utilizada para tomar medidas que vulneren aún más las premisas de los Acuerdos de Paz, considerando las reticencias que desde un inicio ha mostrado la élite colombiana. Como lo recordó en la Cumbre el presidente Santos, más allá de las negociaciones, el modelo económico, la propiedad privada, las Fuerzas Militares y la Policía no son negociables.[10]

Crisis venezolana

En el foro «Venezuela: una crisis local con impacto global», intervinieron Fernando Cepeda Ulloa, ex-embajador de Colombia ante la ONU, la ex-presidenta de Costa Rica Laura Chinchilla, el ex-presidente boliviano Jorge Quiroga y el ex-subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental de EE.UU., el chileno Arturo Valenzuela. Destacaron que el Gobierno venezolano ha sorteado las sanciones económicas impuestas desde EE.UU. y sus aliados regionales y europeos, por lo que es necesario seguir buscando alternativas coordinadas en la región y conseguir acciones por parte de una coalición democrática internacional (lo que viene buscado desde hace varios años EE.UU. sin éxito suficiente).

Chinchilla mencionó que ante la situación venezolana “el cambio tiene que ser catalizado desde la parte externa”. Hubo consenso sobre la conformación de un bloque unido contra Venezuela. Carlos Holmes Trujillo, designado como ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno electo de Colombia, abogó por una coalición democrática internacional para el tema Venezuela con “acciones multilaterales”, teniendo la “coordinación como principio fundador […] y que implique acciones como retirarse de UNASUR”. El ex-vicepresidente estadounidense, Joe Biden, también mencionó que los gobiernos latinoamericanos deben actuar y no solo solidarizarse con el pueblo venezolano.

Colombia en la geopolítica regional

Tanto los temas debatidos en la Cumbre como las numerosas reuniones de Duque con representantes del Gobierno y el sector privado de EE.UU. ponen en evidencia, una vez más, el rol clave de Colombia para la seguridad hemisférica. En el marco de los mencionados viajes de Duque a EE.UU., una de las reuniones fue con el Almirante Kurt Tidd, del Comando Sur. Según un comunicado del Comando, la visita de Duque “refleja los lazos históricos” y los “fuertes vínculos de defensa entre las fuerzas armadas de ambos países”.[11]

Colombia ha cumplido un rol fundamental en la seguridad hemisférica, principalmente a partir del Plan Colombia como punta de lanza para los lineamientos de seguridad y defensa en la región, en el siglo XXI.[12] En años recientes, Colombia ha mutado de “Estado fallido” a exportador de seguridad a nivel regional e internacional, en virtud de los “cursos de formación” en guerra antinarcóticos, entrenamiento de fuerzas de operaciones especiales, etc. Desde 2007, pero con mayor intensidad a partir de 2011, EE.UU. ha financiado a las fuerzas de seguridad colombianas para que entrenen a sus pares de América Central, el Caribe, México, Paraguay, Perú, e incluso África Occidental.[13] En 2012 los presidentes Santos y Obama acordaron ampliar la cooperación bilateral en seguridad estableciendo un “Plan de Acción sobre Cooperación en Seguridad Regional” para coordinar la asistencia militar y policial a terceros países.[14] En 2013 se produjo la incorporación de Colombia como miembro de la OTAN. En ese momento, desde la Casa Blanca se afirmaba: “Colombia ha evolucionado hasta transformarse en un exportador regional de preparación especializada en materia de seguridad y está compartiendo sus conocimientos a fin de ayudar a desarrollar la capacidad de los demás países para mejorar la seguridad ciudadana y hacer frente a los efectos del crimen organizado transnacional, incluido el tráfico de drogas ilegales”.[15]

Con la administración Trump, esta tendencia y los lazos se han profundizado. En mayo de 2017, Trump y Santos asumieron el compromiso de “reforzar la alianza estratégica en seguridad”. Es en este contexto que se aprueba el presupuesto de 450 millones de dólares para el Plan Paz Colombia,[16] 74 millones más que en 2016.[17]

El actual Gobierno colombiano no parece dispuesto a cambiar de rumbo, sino todo lo contrario. En su reunión con Mike Pence, Duque manifestó abiertamente la necesidad de seguir presionando al Gobierno de Venezuela, pero ratificó su posición contraria a una posible intervención militar.[18]Esta declaración contrasta con el hecho de que las bases en Arauca, Larandia, Tres Esquinas, Puerto Leguízamo, Florencia y Leticia ocupan un rol fundamental como Lugar de Operaciones de Avanzada (FOL) de EE.UU. con proyecciones sobre la región central de Venezuela.[19]

 

 

[1] http://www.portafolio.co/economia/balance-agridulce-en-seis-anos-del-tlc-con-estados-unidos-516796

[2] https://www.elespectador.com/economia/esta-es-la-perspectiva-de-las-empresas-de-ee-uu-en-colombia-para-2018-articulo-732685

[3] https://www.elpais.com.co/politica/asi-avanza-la-agenda-de-la-visita-de-ivan-duque-a-los-estados-unidos.html

[4] https://www.asuntoslegales.com.co/actualidad/las-reuniones-diplomaticas-de-ivan-duque-en-washington-pasaron-por-el-senado-de-eeuu-2744143

[5] https://www.libra.com/es/about-us/

[6] https://www.jacobinmag.com/2016/08/negroponte-honduras-nicaragua-contras-reagan-clinton

[7] https://www.globalresearch.ca/washington-behind-the-honduras-coup-here-is-the-evidence/14390

[8] https://www.celag.org/por-que-y-como-se-piensa-desde-eeuu-a-america-latina-funcion-dinamica-e-intereses-de-los-think-tanks-estadounidenses-que-estudian-america-latina/

[9] http://www.eltiempo.com/politica/gobierno/cumbre-de-concordia-2018-en-bogota-243950

[10] https://canal1.com.co/noticias/cumbre-concordia-americas-santos-balance-paz-economia-gobierno/

[11] http://www.southcom.mil/MEDIA/NEWS-ARTICLES/Article/1575026/declaracin-sobre-la-visita-del-presidente-electo-de-colombia-ivan-duque-al-coma/

[12] https://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/cpaz/article/view/10693

[13] http://es.insightcrime.org/analisis/estados-unidos-no-deberia-exportar-exito-guerra-colombia-contra-drogas

[14] https://www.celag.org/operacion-america-unida-presencia-militar-permanente-eeuu-america-latina/

[15] https://obamawhitehouse.archives.gov/the-press-office/2013/12/03/hoja-informativa-estados-unidos-y-colombia-socios-estrat-gicos

[16] https://www.celag.org/santos-trump-y-el-plan-paz-colombia/

[17] https://www.elpais.com.co/colombia/estados-unidos-aprueba-450-millones-de-dolares-de-ayuda-para.html

[18] https://www.hispantv.com/noticias/venezuela/381832/colombia-eeuu-presiones-diplomaticas-sanciones

[19] http://misionverdad.com/la-guerra-en-venezuela/operacion-venezuela-freedom-2-el-documento

Silvina Romano

Dra. en Ciencia Política (UNC) (Argentina)

Silvina Romano es investigadora del Consejo Nacional en Investigaciones Técnicas y Científicas (CONICET) en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Universidad de Buenos Aires (IEALC-UBA). Es posdoctora por el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la Universidad Nacional Autónoma de…

Tamara Lajtman

Mg. en Estudios Latinoamericanos (UNAM) (Brasil)

Tamara Lajtman es Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Magíster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Licenciada en Ciencias Sociales por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Es investigadora en formación del Instituto de Estudio de América…

Aníbal García Fernández

Máster en Estudios Latinoamericanos (UNAM) (México)

Aníbal García Fernández es magíster y licenciado en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sus principales líneas de estudio son la guerra fría interamericana, las políticas de desarrollo y la relación de Estados Unidos con América Latina y el Caribe. Actualmente se encuentra realizando el doctorado…

Javier Calderón Castillo

Doctor en Ciencias Sociales (UBA) (Colombia)

Javier Calderón Castillo es magíster en Sociología por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Doctor en Ciencias Sociales de la UBA. Es miembro del Grupo de Pensamiento Crítico Colombiano del Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe, IEALC-UBA.