Se conocieron muy pronto los resultados de las elecciones presidenciales, y en el presente informe se expone en detalle el análisis de las cifras que definieron la disputa electoral. Ninguno de los candidatos obtuvo los votos suficientes para ganar en primera vuelta (como estaba previsto en todos estudios demoscópicos pre-electorales) debido a la fuerte competencia electoral causada por la pluralidad de ofertas políticas en disputa. Así, el próximo 17 de junio Colombia elegirá entre el candidato del Centro Democrático, Iván Duque, y el candidato de la Colombia Humana, Gustavo Petro -que obtuvieron el 39.14% (7.569.693) y el 25.08% (4.851.254) de los votos, respectivamente-.
Será un balotaje al que se llega después de una campaña caracterizada por la variedad de debates electorales -ausentes en otras contiendas- y con la expresión de diversos estilos de construcción de la propuesta electoral. Además de las propuestas de los ganadores en primera vuelta, destacó una propuesta centrista liderada por Sergio Fajardo que, con la bandera anticorrupción, la educación y el voto limpio (de clientelismo), logró sumar el 23,73% de votos, quedando en una posición de fuerza, inusual en las campañas colombianas.
Estaban convocados a las urnas 36.783.940 de electores, de los cuales votaron 19.636.714, que representan el 53,38% del padrón electoral, una participación que indica una reducción de la abstención en un 13,29%, respecto de la primera vuelta presidencial de 2014 (en la que votó el 40,09% de los electores). Este es un dato no menor, porque indica una relación directa de la pluralidad en las propuestas electorales con la motivación de los ciudadanos para acudir a las urnas.
Se presenta a continuación un análisis de los resultados a nivel nacional y de algunas regiones importantes en la definición electoral, tratando de acercarnos a la comprensión del escenario inicial de cara a la segunda vuelta electoral:
I. El escenario que deja el resultado
Gráfico 1: Votación Nacional
Fuente: www.registraduria.gov.co
Como se puede observar en el gráfico 1, la elección estuvo particularmente reñida y se distribuyeron los votos entre las cinco principales candidaturas, dejando algunas definiciones a resaltar. Es un hecho sin precedentes en Colombia la disputa tan cerrada entre ofertas electorales significativamente diversas. Nunca antes se habían expresado cinco propuestas representando segmentos sociales e ideológicos distintos entre sí que se reflejaran en la cantidad de votantes que acudieron a las urnas (12,48% más que en 2014). Todo indica que estas elecciones son el comienzo de una politización de la ciudadanía alejada de las prácticas tradicionales del clientelismo: la votación por Gustavo Petro y Sergio Fajardo, así lo muestra.
El paso de dos opciones tan disímiles al balotaje y con una proyección bastante indefinida para la segunda vuelta, representan una ruptura en la historia política nacional. Iván Duque aglutina a un sector de la sociedad que votó con una fijación en el pasado; Petro, a sectores que buscan la llegada, por primera vez, de una opción distinta a las que las élites tradicionales han ofrecido históricamente. El dato más importante de estas elecciones es que habrá dos modelos de país en disputa en la segunda vuelta, con un ambiente que busca la centralidad en la gestión de gobierno, y se aleja de los extremos.
La votación inesperada en esta primera vuelta, fue la del candidato Sergio Fajardo al obtener el 23,73% de los votos (4.589.696 sufragantes). Quedó por debajo de Gustavo Petro por tan sólo 261.558 mil votos. Los resultados para la Coalición Colombia (integrada por Alianza Verde, Compromiso Ciudadano y el Polo Democrático) se convierten en votos fundamentales para el balotaje. Esos votos representan votantes de capas medias, con ingresos medios o altos, cansados de la corrupción, convencidos de una propuesta decente de hacer política por fuera de las maquinarias y con una aspiración de ascenso social a través de la educación. Aunque no se conocen las posturas de los principales líderes de dicha coalición, como Antanas Mockus, Claudia López, Jorge Robledo y del propio Sergio Fajardo, se podría decir que serán determinantes para la victoria de uno de los dos candidatos ganadores.
Otro hecho que generó sorpresa, fue el resultado del candidato y ex vicepresidente Germán Vargas Lleras, que obtuvo 1.407.840 de votos (7,28%). Ese resultado es similar al obtenido en la primera vuelta electoral de las elecciones presidenciales del 2010, con 1.473.627 sufragios (10,11%), que lo ubicó tercero después de Juan Manuel Santos y Antanas Mockus. Significa un duro golpe para el candidato representante de las familias tradicionales de la política colombiana, que durante los ocho años del gobierno del presidente Santos (2010-2018) tuvo el control de las principales carteras ministeriales y la vicepresidencia (2014-2017).
Este es un caudal electoral que a priori puede sumarse en segunda vuelta al candidato de la derecha, Iván Duque, pues sus programas e intereses son similares. Vargas Lleras era identificado como el candidato de las maquinarias políticas, el candidato más respaldado por gobernadores de Cambio Radical y el Partido de la U (de la coalición santista) y a quien algunas encuestas estaban colocando en segundo lugar, por encima de Petro y Fajardo. A primera vista podría decirse que esa votación manifiesta una derrota a la “maquinaria política” aunque, revisando la votación en detalle, podría decirse que la “maquinaria” optó por apoyar al candidato del Centro Democrático. Dicha situación obliga a preguntarse si existe una reunificación del uribismo.
No se puede dejar de mencionar el exiguo 2,06% obtenido por el candidato del Partido Liberal, Humberto de la Calle, quien tiene un alto prestigio en el país y ha jugado un papel fundamental en los distintos gobiernos desde iniciada su carrera política en la década de los ochenta. Este desempaño representa una campaña con múltiples deficiencias, de las cuales la principal es la relación con la política tradicional del Partido Liberal, que en su última participación con candidato propio en el 2010 obtuvo el 4,38% de los votos y redujo a la mitad su masa de electores.
Por primera vez, fueron muy pocos los votos blancos, nulos y no marcados. Otro dato relevante del escenario electoral fue la ruptura de la abstención en las principales ciudades del país, que se analizará de forma particular a continuación.
II. La abstención en estas elecciones
Como se ha mencionado, la abstención disminuyó cerca de 13,29%, pasando del 59,91% en el 2014, al 46,62% en el 2018. También fue muy inferior a la abstención registrada en la segunda vuelta presidencial del 2014, que fue del 52,03%. Esto se traduce en que la sociedad colombiana empezó a romper algunas de las razones por las cuales no se veía motivada a acudir a las urnas. La hipótesis más probable de esta ampliación en la participación es la diversidad real de ofertas políticas, ofertas que convencieron a votantes escépticos o apáticos a las tradicionales elecciones que consideraban manipuladas, o definidas de antemano por las maquinarias.
Gráfico 2: comparativo abstención en primera vuelta 2014 y 2018
Fuente: www.registraduria. gov.co
Como se observa en el gráfico anterior, la abstención se rompió en las principales ciudades del país, donde en las series electorales anteriores se mantenía sin demasiada variación. El dato es importante teniendo en cuenta el caudal electoral que existe en estas ciudades, pues resulta definitorio en el resultado general de la elección. Resta revisar con mayor detalle el comportamiento de la abstención en los municipios y ciudades intermedias, aunque todo indica que no se modificó en esos lugares, pues el total de participación hubiera crecido más que el 12,39%. De ser así es porque en los municipios y ciudades intermedias el comportamiento electoral es más conservador y no se mueve de forma tan marcada por fenómenos de opinión, como sí ocurre en las ciudades grandes.
La abstención será clave en la segunda vuelta. Si los electores que votaron por Fajardo y de la Calle, antes abstencionistas, se desmotivaron por el resultado en la primera vuelta, podrían poner en riesgo las posibilidades de Gustavo Petro -porque es el sector hacía donde puede crecer y recortar la ventaja de 14 puntos que le sacó Iván Duque-.
III. Los principales resultados en las regiones
Tabla 1. Resultados electorales en las principales capitales
Fuente: www.registraduria.gov.co
Como se puede ver en la tabla anterior, los resultados de los tres principales candidatos resultaron parejos en las principales ciudades, salvo en Medellín -donde el candidato del Centro Democrático obtuvo una gran distancia con Gustavo Petro (más de 400 mil votos) y un poco menos con Sergio Fajardo, quien fue gobernador de Antioquia y alcalde de la ciudad-. Sumando las votaciones de estas ciudades, la primera votación la obtuvo Duque, seguido de Fajardo. Ello puede indicar que la diferencia sustantiva entre los dos primeros candidatos, y entre Petro y Fajardo, se logró en los municipios de mediana población y en los departamentos de mayor votación.
Tabla 2: Resultados departamentos más poblados del país
Fuente: www.registraduria.gov.co
Como se observa en la tabla 2, pueden encontrarse ya diferencias sustanciales entre Duque y Petro: el candidato uribista obtiene 1,5 millones de votos más que su rival en segunda vuelta. Las diferencias empiezan a notarse en los municipios de Antioquia, Santander y Cundinamarca, donde la distancia entre ambos candidatos es grande. En los demás departamentos analizados se mantiene la misma tendencia de las grandes ciudades en cuanto a lo parejo de las votaciones.
Los departamentos con menor densidad poblacional, pero con mediana concentración de votos -como el eje cafetero (Risaralda, Caldas, y Quindío), el gran Tolima (Tolima y Huila) y Boyacá más los santanderes- fueron clave para el uribismo, en tanto logró sacarle una ventaja del 14% a Petro, y será definitoria la ciudadanía que votó a Fajardo[1]. En estos ocho departamentos Duque alcanzó la diferencia de votos más grande obteniendo, en total, 2.001.557 votos, mientras que su contendiente, Gustavo Petro, obtuvo 668.003.
Esos datos indican que Iván Duque llegó mejor al interior del país y con ello desbalanceó las elecciones. Gustavo Petro tiene el desafío de orientar una campaña para esos municipios y sumarla a su triunfo en la costa Caribe y en el suroccidente del país, donde se impuso a Duque y Fajardo, logrando su pase a la segunda vuelta[2].
[1] Eje Cafetero: Duque (474.788), Petro (119.258) y Fajardo (423.897); en el gran Tolima: Duque (524.807), Petro (190.728) y Fajardo (195.711); Boyacá más santanderes: Duque (1.001.962), Petro (358.017) y Fajardo (522.088).
[2] En la costa Caribe Duque obtuvo 1.256.507 votos, Petro 1.347.334 y Fajardo 243.036, y en el suroccidente (Cauca y Nariño) donde Duque obtuvo 241.596 votos, Petro 469.602 y Fajardo 131.598.