Antecedentes
- Los ingresos de los asalariados retroceden a pasos agigantados: la participación salarial en el Valor Agregado Bruto (VAB) pasó de 51 % a 42.7 % entre 2016 y 2021. Si miramos solo los trabajadores del sector privado, en 2016 la participación salarial representaba el 42.5 % del VAB. Para 2021 esta relación se redujo al 34 %, una caída de 8.5 puntos en cinco años. Solo entre 2020 y 2021, los trabajadores del sector privado perdieron 3.3 puntos.
- La ganancia empresarial se ha lucrado de la inflación a costa del bienestar social de los trabajadores: de forma acumulada entre 2016-2021, la masa salarial en la economía creció 335 %, mientras que los precios crecieron 474 % y los beneficios empresariales 523 %. Entre 2020 y 2021 la masa salarial creció 42 %, los precios 52 % y la ganancia empresarial 75 %.
- Los acuerdos salariales negociados hasta mitad de marzo de 2022 (con cláusulas de revisión en septiembre y noviembre) implican alzas nominales del salario entre 40 % y 45 %. Considerando las proyecciones inflacionarias de 2022 (entre 48-55 %), estas negociaciones ya anticipan una pérdida del poder adquisitivo del salario entre -3 % y -14 %, lo que implicaría que los salarios seguirán perdiendo terreno.
- Se estima que el PBI crecerá en torno al 4 % en el año 2022. ¿Quiénes serán los ganadores de este crecimiento?
Es posible que la recuperación económica de 2022 esté del lado de los trabajadores
- Dada la expectativa de expansión económica (4 % PBI) y de precios (50 %), hemos simulado lo que ocurriría con la participación de los salarios (en % VAB) y con el crecimiento del PIB (tabla 1).
- También hemos simulado qué ocurriría si subimos el salario mínimo mensual a 100 mil y 120 mil pesos, lo que significaría un incremento del salario real de 102 % y 142 %, respectivamente. Los cálculos se han realizado en base a un modelo postkeynesiano de demanda que simula cómo afectan los salarios en el crecimiento económico.
- La tabla 1 arroja algunas conclusiones:
- Escenario 1. La negociación actual (subida de 45 % en los salarios) es insuficiente y llevará nuevamente a una caída en la participación laboral en 2.1 puntos. Como consecuencia de esta caída de los salarios en el Valor Agregado, el crecimiento del PBI también se resentirá y llegaría solo al 3.47 %, medio punto menos que la expectativa original.
- Escenario 2. Ni con una subida de 50 % en la masa salarial se lograría sostener la participación de los salarios en el valor agregado (41.7 %) ni la expectativa de crecimiento del PBI (3.82 %). En ese sentido un incremento del orden de 55 %- 60 % de los salarios es una condición mínima para sostener ‒la mala‒ situación actual de los trabajadores.
- Escenario 3. Una subida del salario mínimo a 100 mil pesos, lo cual beneficiaria a 1.1 millones de trabajadores, lograría una recuperación de la participación laboral (43 %) y aceleraría el crecimiento: el PBI crecería al 4.13 % para 2022, ligeramente mayor a la proyección.
- Escenario 4. Si subiésemos el salario mínimo a 120 mil pesos, la participación salarial alcanzaría el 43.5 % (un crecimiento de 1 p.p) y el PBI llegaría al 4.24 %.
- Sin crecimiento del salario real, la recuperación económica perderá dinamismo. Además, los trabajadores han sido los grandes perdedores de los últimos cinco años y es necesario que recuperen la justa recompensa por su trabajo (podría costar ocho años volver al 51 % de participación salarial del año 2016).
- Los dos escenarios que se presentan como una fuerte recuperación del salario mínimo (Escenario 3 y 4) no representan una amenaza al frente externo dado que las importaciones sólo crecerán entre +0.3 % y +0.7 % por encima de la proyección base.

