El secretario general de la Organización de Estados Americanos  (OEA), Luis Almagro, y el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, firmaron el martes en la sede del organismo, en Washington, el convenio de la misión para combatir la corrupción y la impunidad en el país centroamericano por medio de la Misión de Apoyo contra la … Seguir leyendo

El secretario general de la Organización de Estados Americanos  (OEA), Luis Almagro, y el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, firmaron el martes en la sede del organismo, en Washington, el convenio de la misión para combatir la corrupción y la impunidad en el país centroamericano por medio de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH)[1].

El marco: la deportación masiva de migrantes de EEUU a Centroamérica y los objetivos de la Alianza para la Prosperidad[2]. Según el presidente Orlando Hernández la MACCIH busca “mejorar la calidad de los servicios prestados por el sistema de justicia de Honduras en la prevención y lucha contra la corrupción y la impunidad en el país”. Valga subrayar aquí que la justicia, desde esta perspectiva, es un “servicio”. No sorprende, pues la mencionada Alianza, se centra en el fomento del libre comercio, apertura de los mercados y atracción de capital extranjero. En este escenario,  todo pasa a ser un bien o un servicio (más que derechos, beneficios, etc.). Pero para ello hay que garantizar condiciones de estabilidad y confianza mínimas para la inversión y el desarrollo “normal” del mercado. En esta línea es fundamental modernizar el sistema judicial y garantizar una mínima transparencia, “poner un poco de orden” para mitigar las condiciones que llevan a la migración. Si se logra disminuir la corrupción y aumentar la confianza en las instituciones, crecerá la economía y como “efecto derrame” disminuirán las condiciones de miseria, la criminalidad y la violencia. Esto nos lleva a señalar dos cuestiones.

La primera, con respecto a la corrupción, que aparece como práctica intestina de países subdesarrollados, como la mácula del mal, en lugar de analizarse la relación entre corrupción y condiciones histórico-estructurales, entre las cuales encontramos la vinculación de las elites locales con los gobiernos y sector privado de países centrales, en particular de EEUU. A pesar de la trágica historia de EEUU en Centroamérica, especialmente en los ’80, hoy se toma la atribución de “asesorar” a esos gobiernos para la transparencia ¿Es que no hay corrupción en EEUU, o más bien no hay información al respecto? Parece importar poco. El portavoz del Departamento de Estado, John Kirby urge al gobierno hondureño “en colaboración con otros miembros y Estados observadores, a que garanticen que la misión tenga los recursos y la independencia necesaria para lograr sus objetivos”[3]. Interesante: se pide que el Estado intervenga para darle independencia a los poderes paraestatales. Para eso sí debe “agrandarse” el Estado.

La segunda cuestión es con respecto al pretendido “derrame”, es decir, a la idea de que si crece la economía, se benefician todos. En los hechos, el crecimiento económico no ha llevado ni a disminuir la pobreza, ni a reducir los índices extremos de violencia en Honduras. Tal como lo plantea un informe del ICEFI 2015, la economía hondureña creció a un promedio del 3.6%  en los últimos 10 años, pero este crecimiento se ha concentrado en el sector económico de servicios, creando pocos empleos o empleos muy precarios. El problema es la desigualdad generada no sólo por la diferencia en la calidad del empleo, sino por el escaso acceso a bienes públicos. En Honduras, Guatemala y El Salvador, el 20% más rico de la población concentra más de la mitad del ingreso, mientras que en las zonas rurales, la pobreza alcanza incluso al 50% de la población[4]. Además: el nivel de malnutrición en Honduras alcanza al 42% de los niños y en 2012 la tasa de homicidios era de 90 por cada 100.000 habitantes[5]. Incluso  el Banco Mundial llama la atención sobre esto: “La pobreza en Honduras apenas ha cambiado desde 1998, a pesar del crecimiento económico positivo de alrededor de 3 por ciento anual en términos reales”[6].

Si la preocupación es mejorar la calidad de vida de los hondureños y beneficiar a los históricamente excluidos, resulta curioso que el Secretario General de la OEA apoye al gobierno hondureño a la vez que ataca al gobierno venezolano, país que para 2011 había logrado reducir la pobreza general “de más del 60% al 28%; y del 25% a 7% la pobreza extrema”[7].

En realidad, no es tan curiosa, ni siquiera novedosa esta reacción del Secretario General de la OEA, pues nos remite a los primeros pasos de este organismo subordinado a los intereses de EEUU, cuando por ejemplo, en 1954 logró que se tildara a Guatemala de cabeza de playa del comunismo en América Latina, cuando en realidad se trataba de un gobierno democrático-liberal dispuesto a llevar a cabo reformas estructurales. Y es justamente en Guatemala donde viene operando el organismo antecesor a la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras  (Maccih), la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Este organismo ha contribuido avances indudables en términos de justicia para ese país, con investigaciones y puesta en práctica de medidas serias y contundentes. No obstante ello, la pregunta sigue abierta: ¿qué pasará cuando EEUU no apoye más a este organismo? ¿Cómo influye esto en la soberanía del Estado guatemalteco? ¿A quiénes sirven estas “soluciones” en el aparato judicial cuando permanece intacta la base de la estructura económica desigual y elitista?

[1] http://www.prensalibre.com/Internacional/oea-y-honduras-firman-mision-contra-corrupcion-y-la-impunidad

[2] BID (Banco Interamericano de Desarrollo) (2014). Plan for the Alliance for Prosperity in the Northern Triangle: a road map. Regional Plan prepared by El Salvador, Guatemala and Honduras. Disponible en: http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=39224238. Revisado el 15 de octubre de 2015

[3] http://www.latribuna.hn/2016/01/19/eeuu-celebra-la-firma-de-la-maccih-y-pide-independencia/

[4] ICEFI

[5] ICEFI (Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales) (2015). Position regarding the ‘Plan of the Alliance for Prosperity in the Northern Triangle’. Disponible en: http://icefi.org/sites/default/files/position_regarding_the_plan_of_the_alliance_for_prosperity_in_the_northern_triangle_0_ca_03-2015.pdf. Revisado el 20 de noviembre de 2015.

[6]http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/BANCOMUNDIAL/EXTSPPAISES/LACINSPANISHEXT/EXTLACREGTOPPOVANAINSPA/0,,contentMDK:20999934~pagePK:34004173~piPK:34003707~theSitePK:792203,00.html

[7] http://www.librered.net/?p=9858

Silvina Romano

Dra. en Ciencia Política (UNC) (Argentina)

Silvina Romano es investigadora del Consejo Nacional en Investigaciones Técnicas y Científicas (CONICET) en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Universidad de Buenos Aires (IEALC-UBA). Es posdoctora por el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la Universidad Nacional Autónoma de…