Los ministros de relaciones exteriores y embajadores de diecisiete países[1] se reunieron en Lima para reclamar a Venezuela que revierta la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente. Esta cita ocurre justo después de que Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil suspendieran a Venezuela del MERCOSUR por ruptura del orden democrático, tras la elección de la Asamblea Constituyente. Vale recordar que este Protocolo de Ushuaia fue aplicado también en 2012 contra Paraguay tras la destitución del presidente Fernando Lugo[2].
En la reunión aprobaron la Declaración de Lima que contempla los siguientes puntos:
- La condena a la ruptura del orden democrático en Venezuela.
- El no reconocimiento a la Asamblea Nacional Constituyente ni los actos que emanen de ella.
- El pleno respaldo a la Asamblea Nacional democráticamente electa.
- Los actos jurídicos que conforme a la Constitución requieran autorización de la Asamblea Nacional, solo serán reconocidos cuando dicha Asamblea los haya aprobado.
- El rechazo a la violencia y a cualquier opción que involucre el uso de la fuerza.
- Apoyo y solidaridad con la Fiscal General y los integrantes del Ministerio Público de Venezuela y exigen la aplicación de las medidas cautelares emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
- Condena a la violación sistemática de los derechos humanos y las libertades fundamentales, a la violencia, la represión y la persecución política, la existencia de presos políticos y la falta de elecciones libres bajo observación internacional independiente.
- Que Venezuela no cumple con los requisitos ni obligaciones de los miembros del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
- Seria preocupación por la crisis humanitaria que enfrenta el país y su condena al gobierno por no permitir el ingreso de alimentos y medicinas en apoyo al pueblo venezolano.
- Su decisión de continuar con la aplicación de la Carta Democrática Interamericana a Venezuela.
- Su apoyo a la decisión del MERCOSUR de suspender a Venezuela en aplicación del Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático.
- Su decisión de no apoyar ninguna candidatura venezolana en mecanismos y organizaciones regionales e internacionales.
- Su llamado a detener la transferencia de armas hacia Venezuela a la luz de los artículos 6 y 7 del Tratado sobre el Comercio de Armas.
- Solicitar a la Presidencia Pro Témpore de la CELAC y a la Unión Europea, la postergación de la Cumbre CELAC-UE prevista para octubre de 2017.
- Su compromiso de mantener un seguimiento de la situación en Venezuela, a nivel de Cancilleres, hasta el pleno restablecimiento de la democracia en ese país, y de reunirse a más tardar en la próxima sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas, oportunidad en la que podrán sumarse otros países.
- Su disposición a apoyar de manera urgente y en el marco del respeto a la soberanía venezolana, todo esfuerzo de negociación creíble y de buena fe, que tenga el consenso de las partes y que esté orientado a alcanzar pacíficamente el restablecimiento de la democracia en el país.
Este pronunciamiento se suma a la presión ejercida por la comunidad internacional para el caso venezolano. Lo intentó el Secretario General de la OEA y también los países de la región en el intento por suspender del MERCOSUR a Venezuela supuestamente por no cumplir con las normativas requeridas para ser miembro, lo que lograron el pasado sábado 5 de agosto.
No es casual que la reunión haya sido en Lima. El pasado 3 de agosto los congresistas aprobaron una moción de rechazo y condena al gobierno de Maduro. En el caso del Frente Amplio, el congresista Richard Arce votó a favor mientras doce votaron en contra y otros cinco se abstuvieron. Además, el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, es uno de los mandatarios de la región que encabeza el hostigamiento contra Venezuela.
En este sentido, vale recordar su guiño hacia una intervención estadounidense cuando, de visita por Estados Unidos, afirmó que los latinoamericanos eran como unos perros echados en una alfombra y que no representaban un problema para Estados Unidos salvo Venezuela.
La cita de Lima no solo funciona como una cita regional para conversar de la situación de Venezuela sino que puede ser una pulseada para conformar una coalición que termine por justificar una agresión política, diplomática y militar contra Venezuela.
[1] Participaron Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú, Granada y Uruguay.
[2] Para más información de los antecedentes ver: https://www.celag.org/suspension-de-venezuela-de-que-mercosur/