Joe Biden cumple 100 días de mandato en medio de grandes expectativas. Tras la Presidencia de Donald Trump, que finalizó con una simbólica toma del Capitolio que escenificó las costuras de la democracia estadounidense, el establishment ha apostado por volver a una normalidad que permita a Estados Unidos de América (EE. UU.) recuperar el liderazgo moral en un mundo post-pandemia. Esto pasa por ganar legitimidad ante socios como la Unión Europea o Japón, en una lógica de cooperación para la contención de los poderes emergentes de Rusia y China. Por el momento, las rupturas respecto a la administración Trump parecen ser menores a lo esperado, al menos en lo relativo a América Latina y el Caribe (ALC) o al gasto militar. Una combinación entre continuidad y ruptura que se caracteriza por la priorización de herramientas de soft power.
Defensa de la democracia liberal
- En su discurso de asunción, Biden consideró que su victoria era un regreso a la “democracia” en EE. UU. Con Biden vuelve, también, la defensa de la expansión de estos valores y principios a terceros países, singularmente a aquellos que en el hemisferio occidental todavía no son considerados por EE. UU. democráticos: Cuba y Venezuela.
- La lucha por la “democratización” de Cuba y Venezuela pasa por el uso de instrumentos de soft power, como la cooperación internacional, con protagonismo de la USAID y participación de otros organismos multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Con Biden se reactiva el discurso de la migración venezolana y su impacto humanitario en terceros países. Para acometerlo, el Departamento de Estado anunció un proyecto de 2 millones de dólares para el proyecto JuntosEsMejor que atiende a la migración venezolana en sus países de destino (Brasil, Ecuador, Panamá, Perú y Guyana), financiado por la USAID y el BID de Claver-Carone.
- Su medida de mayor impacto, no obstante, fue la concesión del Estatus de Protección Temporal (TPS) por 18 meses a más de 320.00 venezolanos que se calcula residen en EE. UU. Una promesa de campaña que entró en vigor el 9 de marzo de 2021.
- La Administración Trump volvió a incluir a Cuba en la lista de los países promotores del terrorismo. Biden todavía no ha dado pasos visibles para revertirlo, tampoco en su promesa de eliminar la prohibición de remesas y viajes. El esperado regreso a la política de “normalización” de Obama va lento y algunos senadores demócratas están presionando para acabar con el bloqueo a través de un proyecto de ley en el Senado. El nombramiento de Emily Mendrala, analista de asuntos cubanos como subsecretaria de Estado adjunta en la Oficina de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, habla del peso que Cuba sigue teniendo en la política exterior estadounidense.
- Predominio del discurso de defensa de la democracia liberal al estilo estadounidense frente a las democracias iliberales. Ante las elecciones en Ecuador, Perú y Bolivia, el Departamento de Estado hizo un comunicado previo diciendo que la “democracia florece cuando ciudadanos y gobiernos promueven activamente la igualdad ante la ley y los derechos humanos para todos, y la democracia prospera cuando nos ocupamos de estos pilares fundamentales con empeño y determinación” recuperando la Carta Democrática Interamericana firmada 20 años atrás.
- La lucha anticorrupción forma parte del centro de la agenda de intervención hacia ALC, contribuyendo a las posibilidades de lawfare contra la izquierda regional. El director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, Juan González, declaró que la lucha contra la corrupción es uno de los ejes principales de la política de la administración Biden hacia ALC y propuso crear una “fuerza de tarea” con los países de la región para la cooperación en este rubro.
Migraciones y seguridad en Centroamérica. ¿Un déjà vu?
- Biden comenzó su presidencia con una serie de órdenes ejecutivas que prometían un cambio contundente en relación a las políticas migratorias línea dura de Trump. Pero frente a su primer desafío en la frontera sur, con la llegada de números récords de migrantes centroamericanos, queda clara la continuidad (no solo con Trump, pero también con Obama) de una política migratoria esencialmente punitiva.
- Una de las polémicas más recientes se dio a inicios de abril cuando la Casa Blanca anunció que mantendría el límite de ingreso de 15.000 refugiados (3.000 provenientes de ALC) establecido por Trump en lugar de cumplir con el objetivo establecido en su campaña que permitiría el ingreso de 62.500 refugiados.
- En lo que va de 2021, 803 migrantes fueron detenidos. En marzo llegaron 171.000 migrantes, de los cuales: 103.900, (60 %) fueron rápidamente deportados a sus países de origen; 18.800 son menores no acompañados (quedan bajo custodia de las autoridades estadounidenses). Esas deportaciones se realizan en el marco de una orden emitida por Trump para manejar la crisis de salud por la pandemia que ordena la expulsión adultos solteros y familias no autorizadas, pero se ha eximido a los niños no acompañados.
- Se ha denunciado las condiciones de hacinamiento en la que se encontraban cerca de 4.000 personas recluidas en una instalación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Donna (Texas), que tenía capacidad para albergar solo a 250.
- La administración Biden pide a México que acepte más familias expulsadas y refuerce la aplicación de la ley para reducir el ritmo de los migrantes que llegan a la frontera con EE. UU. A mediados de marzo México cerró su frontera con Guatemala a viajes no esenciales e incrementó su presencia militar allí, manteniendo 10.000 soldados en su frontera sur. Según EE.UU., llegó a acuerdos para que Guatemala envíe a 1.500 policías y militares a su frontera sur con Honduras y acordó establecer 12 puestos de control a lo largo de la ruta migratoria. Honduras aumentó a 7.000 policías y militares para dispersar un gran contingente de migrantes. Ante este acuerdo, México declaró que no hay nada nuevo y mantiene el número de tropas de la Guardia Nacional que ya estaban. El gobierno de Guatemala afirma que no hay un acuerdo firmado y la Cancillería de Honduras asegura que no hay compromiso de militarizar sino de evitar la migración.
- Biden nombró a la vicepresidenta Kamala Harris para liderar los esfuerzos para detener la migración a través de la frontera, y el 22 de marzo envió a la coordinadora fronteriza Roberta Jacobson y a otros funcionarios a México y Guatemala para acordar cooperación.
Pandemia y recuperación económica
- Desde diversos sectores del gobierno y think tanks se percibe una creciente presión para que Biden fortalezca la “diplomacia de las vacunas” en ALC, y se consolide como principal socio de la región en la recuperación económica postpandemia. Según AS/COA, “sin vacunar a las Américas, Washington cederá su pretensión de ser el socio regional preferido” mientras que China viene ocupando un rol protagónico en la asistencia contra el COVID y la distribución de vacunas. Para el Atlantic Council, EE. UU. debe recuperar el tiempo perdido en 2020 y estar a la vanguardia de la asociación con la región y abordar la creciente carga de la deuda.
- En relación a la nueva crisis de la deuda en ALC, el rol del BID es fundamental. El 5 de marzo un grupo de senadores presentó el proyecto de ley para aumentar el capital del BID elevando sus préstamos anuales a 20 mil millones de dólares para que pueda “liderar una recuperación económica sostenible e inclusiva en las Américas”.
- El 18 de marzo, EE. UU. anunció la donación de 2.5 millones de dosis de AstraZeneca-Oxford a México. México empezó vacunando con Pfizer-BioNTech, pero los retrasos en el suministro han llevado a compensar la reducción con otras, como Sputnik V, CanSinoBIO y AstraZeneca. El 1 de marzo Colombia se convirtió en el primer país de las Américas en recibir vacunas a través de la iniciativa COVAX al recibir un envío de 117.000 vacunas de Pfizer-BioNTech.
- Desde el inicio de la pandemia el gobierno estadounidense (principalmente a través del Departamento de Estado y la USAID) ha destinado alrededor de 112 millones de dólares para combatir la pandemia en el hemisferio. Más de 22 millones fueron para El Salvador, Guatemala, Honduras y México. Por su parte, el Comando Sur tiene 370 proyectos en 28 países de ALC y ha destinado 220 millones de dólares para suministros de emergencia. Los últimos compromisos se establecieron a inicios de abril durante la visita del comandante del Comando Sur a Uruguay y Argentina.
Cambio climático
- A diferencia de la Administración Trump, Biden otorga un rol clave al cambio climático. Una de sus primeras medidas fue cancelar el oleoducto Keystone.
- En política exterior, vuelve al Acuerdo de París y hace un llamado a 40 líderes del mundo para la Cumbre de Líderes. La casa Blanca informó que entre los invitados están Xi Jinping y Vladimir Putin.
- Para América Latina, la estrategia para combatir el cambio climático implica a su vez, la lucha contra la corrupción y la violencia. En la visita reciente de Juan González a Colombia, remarcó que se trata de un “aliado estratégico” para promover la agenda climática en la región.
China
- En lo que va de de la Administración Biden, se han publicado la Guía Interina de Seguridad y un Informe al Congreso por parte del Comando Sur. Se llevo a cabo una conferencia de prensa conjunta entre el Comando Sur y el Comando Norte y una conferencia de Craig Faller ante la Cámara de Representantes en la que solicitó activos de inteligencia adicionales, un incremento en fondos para cooperación de seguridad y mayor volumen de programas (como IMET, Educación y Entrenamiento Militar Internacional) y ejercicios conjuntos, que son el “método principal para bloquear los intereses militares chinos en el hemisferio”.
- China se percibe como “la mayor amenaza estratégica a largo plazo para la seguridad en el siglo XXI” en un momento en que la distribución del poder mundial está cambiando y creando nuevas amenazas. En conjunto, estos documentos y conferencias plantean por lo menos, dos objetivos generales:
- Revitalizar y modernizar alianzas y asociaciones en todo el mundo para “liderar y mantener un sistema internacional estable respaldado por alianzas democráticas sólidas, instituciones multilaterales y reglas”.
- La reconstrucción de cadenas de suministro estadounidenses para bienes críticos.
Rusia
- Aunque en sus inicios la administración Biden llegó a un acuerdo nuclear con Rusia para extender el Nuevo Tratado START, en abril el presidente Biden anunció la expulsión de personal diplomático ruso y la firma de una orden ejecutiva para sancionar a la Federación de Rusia. La justificación es la injerencia cibernética en las elecciones estadounidenses por parte de la empresa rusa SolarWinds. A pesar de declaraciones que insisten en evitar una escalada con Rusia y buscar una relación “estable y predecible”, esta decisión sube la tensión entre ambas potencias, como ya se preveía por las declaraciones de Biden en campaña.
- Estas sanciones fueron respaldadas por el ranking member del Senado, Bob Menéndez, quien tildó al presidente Putin de “asesino, agresor militar en Ucrania, fuente de influencia maligna y una amenaza cibernética” y dio la bienvenida a este cambio respecto a la política de Trump como vía para restablecer el liderazgo estadounidense, a la vez que pidió la intensificación de las sanciones contra agentes financieros y energéticos rusos.