Avanzado el proceso de conformación del órgano encargado de redactar la nueva Constitución, se han modificado alianzas y confrontaciones a lo interno, y se han definido los principales reglamentos.

Resumen ejecutivo

– El lunes 18 de octubre, a dos años del estallido social, se iniciarán los trabajos de redacción de la nueva Constitución.

– El Reglamento General, así como los Reglamentos de Participación, Ética y de Consulta Indígena, herramientas que regirán estos trabajos,  quedaron aprobados la primera semana de octubre, a tres meses de la conformación de la Convención Constitucional.

–  Estos instrumentos reflejan el compromiso por implementar los principios de paridad, plurinacionalidad y descentralización, así como un gran esfuerzo por impulsar la participación.

– Existirán siete comisiones temáticas, y tanto en la composición de éstas como en las de carácter técnico, se apuesta por un principio horizontal (necesitando determinados avales para poder acceder a ellas), descartando la organización en base a cuotas por grupos partidarios. Esto, no obstante, podría alterar la representatividad resultante en cada una de ellas.

– Se aprobó el quorum de dos tercios para la aprobación de las normas constitucionales, en votación final en Pleno, lo que generó ciertas tensiones al interior del órgano convencional, y supuso el enfrentamiento más pronunciado entre los miembros de la coalición electoral de Apruebo Dignidad.

– Se pretende no obstante matizar este quorum introduciendo la figura del plebiscito dirimente, que implica que en caso de normas aprobadas por al menos tres quintos se podrá acudir a un plebiscito popular que decida de forma vinculante la aprobación o no de la norma constitucional.

– La Convención que se enfrentará a la redacción de este texto constitucional ha variado mucho desde la cita electoral que la conformó: Las diferentes marcas que integraban las coaliciones Apruebo Dignidad y la Lista del Apruebo se organizan respectivamente de forma diferenciada al interior de la Convención, desapareciendo de facto estas coaliciones, y la Lista del Pueblo, marca apartidaria exitosa de esta cita electoral, no la podemos reconocer tal cual en la actualidad.

– Todo esto ha permitido una variabilidad de sinergias y alianzas diversas que nos permite identificar, por ahora, la existencia de tres bloques:  un primer bloque del oficialismo y la derecha, un segundo bloque conformado por el Frente Amplio-Partido Socialista-Independientes por una nueva Constitución y, por último, el bloque comunista-indigenista-movimentista, si bien estos dos últimos no son bloques estancos o rígidos, aunque tienen lógicas de trabajo similares.

– En el seno de las Comisiones temáticas la articulación de alianzas es de esperar se complejice, máxime cuando  la correspondencia de representatividad entre el pleno y las comisiones no va a ser automática.

 

Nueva etapa para la Convención Constitucional: a dos años del estallido social

A dos años del estallido social que sacudió a Chile de punta a punta, después de paros, manifestaciones, violaciones de derechos humanos, pasando por encima de una pandemia mundial, y tras varias citas electorales, finalmente el lunes 18 de octubre se iniciarán los trabajos de redacción de la nueva Constitución.

Esta es la fecha elegida por la Convención para su arranque, en claro tributo a la movilización social que hizo posible este proceso. Y es que durante la última semana del mes de septiembre y los primeros días de octubre, la Convención Constituyente ha aprobado su Reglamento General, así como los Reglamentos de Participación y Ética, textos todo ellos que van a regular la forma de funcionamiento de la Convención y articularán la vía de redacción y aprobación de la nueva Constitución.

Estos textos se han aprobado en un tiempo récord: recordemos que la Convención se constituía el 4 de julio, y a lo largo de este tiempo han tenido que sortear no pocas dificultades, derivadas, por un lado, de la propia pandemia, donde las primeras sesiones tuvieron que celebrarse de forma telemática y, por otro lado, de la derecha, que ha ensayado una estrategia de ataque y derribo en redes sociales, que pretendía tachar a los y las convencionales de falta de eficiencia, jugando también a la asfixia material, ya que apenas si cuentan con medios para desarrollar su trabajo (el Ejecutivo ha impedido la aprobación de su presupuesto y, entre otros, el personal asesor lleva tres meses sin cobrar). Por último, tuvieron que enfrentarse al grave problema generado con el caso del convencional Rojas Vade.

Todos estos vientos en contra no han podido frenar el compromiso de las y los convencionales con este momento histórico, y en este mes podrán iniciarse los trabajos de contenido, de redacción del texto.

En este trabajo aterrizamos sobre dos cuestiones, un análisis sobre las herramientas aprobadas y en qué pueden influir en la redacción del texto constitucional, y una radiografía de la composición actual de la Convención.

  1. Los reglamentos aprobados, herramientas de trabajo de la Convención

1.1. Reglamento general de la convención:

Sin ánimo de agotar todas las materias que regula esta herramienta de funcionamiento, vamos a analizar algunas cuestiones más importantes:

– Principios inspiradores:

Destacamos sobre otros el de plurinacionalidad, descentralización, igualdad, transparencia y participación; así, tanto el Pleno como las Comisiones deberán sesionar fuera de la capital, todos los órganos deberán ser paritarios, no pudiendo el género masculino superar un cincuenta por ciento.

Las Comisiones deben respetar los principios de paridad, plurinacionalidad y equidad territorial, para lo cual se establece un número fijo de escaños reservados.

Se aprobó un mecanismo de transversalización en el proceso de discusión, en materia de derechos humanos, género, inclusión, plurinacionalidad, socioecológico y descentralización.

– Parte orgánica:

Se consolida la estructura de la Mesa Directiva actual (una Presidencia, una Vicepresidencia, cinco Vicepresidencias Adjuntas y dos Vicepresidencias Adjuntas Indígenas de escaños reservados), y se ratifica la intención ya manifestada de que ésta sea rotativa, es decir, a los seis meses de su constitución deberá elegirse una nueva Mesa. Esto es especialmente importante, porque hablamos de que en enero, cuando la Convención contará ‒casi con toda seguridad y con velocidad de crucero‒ con la redacción del texto constitucional, habrá que efectuar esta renovación. Siendo del todo loable la intención de instaurar como nueva forma política la no imprescindibilidad de las personas, y la rotación en los cargos, hemos de confiar en que este cambio no perjudique el funcionamiento de la Convención.

En cuanto a las funciones de este órgano de dirección, la mayoría de ellas residen en la Mesa (fijar el orden del día de los plenos, las convocatorias de éstos, los nombramientos de las secretarías, sistematizar y distribuir iniciativas, entre otras) y no en la Presidencia (contrariamente a como ocurre en otros reglamentos de Asambleas), reduciéndose las funciones de ésta a la representación institucional y a presidir los plenos. Esto sin duda obedece al principio de colectividad frente al individualismo.

En este momento, la Mesa está integrada por la presidenta Elisa Loncón (escaños reservados), el vicepresidente Jaime Bassa (Frente Amplio), y las siete Vicepresidencias Adjuntas se adscriben a los diferentes grupos: dos a los escaños reservados, uno al colectivo socialista, uno a los Independientes por una Nueva Constitución, uno a Vamos por Chile, uno a Movimientos Sociales Constituyentes, y dos a Pueblo Constituyente, si bien de éstos dos, uno de ellos es el cargo de Rojas Vade, que actualmente no ejerce como tal.

Se establecen siete comisiones temáticas, pero quizás lo más importante son las reglas sobre su composición: es importante tener en cuenta que el funcionamiento no recae como ocurre en la mayoría de las Asambleas Legislativas sobre los grupos parlamentarios, sino que el funcionamiento de la Convención es más horizontal, recayendo en las figuras de los y las convencionales.

La composición de éstas varía desde 33 hasta 15 miembros, en las que hay desde 4 hasta 1 escaño reservado para los pueblos originarios. Para formar parte de ellas, cada convencional debe conseguir determinados avales (desde 5 hasta 10, o desde 2 hasta 9 en el caso de escaños reservados). Cada convencional deberá estar en una comisión temática, y cada uno o una de ellas solo puede avalar a un o una postulante por Comisión.

Hay otras dos reglas que empujan a estudiar con precisión cómo efectuar este proceso de composición, ya que, por un lado, cada convencional contará con un voto a lo interno de cada Comisión, y los acuerdos se adoptarán por mayoría simple de los presentes, por lo tanto, será vital que la composición de cada Comisión pueda reflejar la representatividad existente en el Pleno, ya que, de lo contrario, los resultados de estas votaciones pueden ser un tanto distorsionados. Quizás una votación ponderada hubiera sido más deseable, aunque bastante más difícil de articular con el carácter de “independientes” de muchos de los y las convencionales.

La segunda regla a la que nos referimos consiste en que cuando en una Comisión hubiere más constituyentes inscritas o inscritos que el número máximo previsto, las y los integrantes serán elegidos por sorteo. Esta regla, también puede alterar la representatividad de las diferentes posturas ideológicas, lo que puede ser un problema a la hora de las mayorías que se pueden articular y sus resultados.

Destacamos también la conformación de la Comisión de Armonización, que se constituirá una vez presentado el Proyecto de Nueva Constitución, y estará integrada por cuarenta convencionales (siete de escaños reservados), debiendo contar con el patrocinio de cuatro constituyentes, o tres patrocinios en el supuesto de los escaños reservados. Esta Comisión es de vital importancia ya que perfilará el texto final que votará la ciudadanía. Habría que buscar la máxima similitud en el porcentaje de representatividad en ella.

En cuanto al quorum, para que las comisiones puedan sesionar y tomar acuerdos se requerirá de la asistencia de la mitad de las y los convencionales en ejercicio que sean integrantes de la Comisión respectiva.

– Iniciativa constituyente:

Después de abierto el debate constitucional, se podrán presentar iniciativas constituyentes que podrán provenir de las y los convencionales constituyentes, de la sociedad civil, de los pueblos originarios y pueblo tribal afrodescendiente.

– Principales debates:

Nos parece interesante incluir algunos apuntes sobre algunos de los principales debates que se han producido en relación con algunos temas; sin duda el debate principal ha sido el relativo a la regla de los 2/3.

Si recordamos, la reforma introducida en la Constitución de la actual República de Chile en la que se incluye un nuevo Capítulo relativo al proceso de elaboración de la nueva Constitución, incluyó un artículo (artículo 133) que fue muy criticado en su momento, ya que se entendía que con él se pretendía ahogar la soberanía de la Convención Constitucional, imponiendo la necesidad de aprobar las normas y el reglamento de votación de las mismas por un quorum de dos tercios de sus miembros en ejercicio (103 convencionales). Desde la vieja Constitución se pretendía por tanto ordenar la forma de funcionar de la Convención, de manera que alcanzando al menos un tercio de los miembros se podría bloquear su funcionamiento.

La realidad fue otra, y la derecha no consiguió arrancar ese tercio necesario, por lo que su capacidad de bloquear desapareció.

Ahora bien, esta imposición no ha dejado de ser un parteaguas ideológico al interior de los miembros de la Convención, desde el principio hubo varios grupos que trataron de evitar trasladarlo al Reglamento de la Convención, reivindicado soberanía plena para el órgano constituyente. Estos últimos días la discusión ha llegado a su punto más álgido en la votación de las indicaciones (últimas propuestas antes de aprobar la versión definitiva del Reglamento).

Finalmente se rechazaba la proposición realizada por Chile Digno, escaños indigenistas, Pueblo Constituyente y Movimientos Sociales Constituyentes, que pretendía establecer como quorum necesario para aprobar las normas constitucionales los 3/5, manteniéndose por tanto la necesidad de aprobar las normas constitucionales en el Pleno por mayoría de 2/3.

Ha habido muchos argumentos en pro y en contra de esta posición; en favor de mantener los 2/3 se ha argumentado, por un lado, el no ser actualmente un artefacto de bloqueo y, por otro, que eliminarlo supondría iniciar una guerra con el oficialismo y la derecha en tribunales que embarraría el trabajo constituyente. En contra, se ha defendido la necesidad de contar con un quorum más favorable (los 3/5 suponían una rebaja de unos 10 convencionales en la adopción de acuerdos), así como la necesidad de reafirmar la soberanía de la Convención.

Ambos argumentos pueden ser válidos, pero además añadimos estas consideraciones:

  1. En primer lugar, hemos de reconocer que la regla de los 2/3 se establece, sin incumplirla, de la forma más minimalista posible, se circunscribe a la votación final en Pleno (no en Comisiones), y a la modificación del artículo del Reglamento que la recoge. Lo más usual es que las normas lleguen a este punto de votación muy trabajadas y sea fácil alcanzar ese quorum.
  2. En segundo lugar, se incluye un tercer elemento intermedio, como es el plebiscito dirimente, así: en los supuestos en los que una norma (un artículo o conjunto de ellos) no haya alcanzado los 2/3 necesarios, pero hayan alcanzado la mayoría absoluta, se remitirán a la Comisión para un segundo informe. Una vez remitida la nueva propuesta, si no se alcanzasen los dos tercios, pero sí los tres quintos, se podrá someter la norma en cuestión a un plebiscito dirimente de la ciudadanía, cuyo resultado será vinculante. Este plebiscito resultará muy útil como elemento disuasorio que permitirá llegar a acuerdos.
  3. En tercer lugar, queremos llamar la atención acerca de la parte más simbólica de esta discusión, en un doble sentido, hacia dentro y hacia afuera, es decir, por un lado, quizás es una de las discusiones en la que de forma más nítida se ha plasmado la diferente estrategia que los miembros de la alianza electoral Apruebo Dignidad tienen, y que no es sino una prolongación de la postura diferente que ya habían tomado respecto del Acuerdo por la Paz del 15 de noviembre de 2019, fue por tanto en este punto en el que las posiciones del Partido Comunista de Chile y el Frente Amplio se tensaron y se separaron más claramente. Y en otro sentido, si bien quizás la diferencia material de una opción u otra no es muy grande, sería interesante ver cómo percibe el pueblo chileno esta discusión, si necesita ver plasmada de una forma confrontativa su separación con el antiguo régimen, o no. De ser así, se correría el riesgo de separar la natural alianza del pueblo con la Convención y el proceso Constituyente.

Otro debate interesante discurrió en torno a los mecanismos de transversalización; por un lado, el grupo de Chile Digno defendió un mecanismo trasversal de corrección exclusivamente de género, mientras que, finalmente, se aprobó un mecanismo más general: mecanismo de transversalización en el proceso de la discusión en materia de derechos humanos, género, inclusión, plurinacionalidad, socioecológico y descentralización.

– Reglamento de ética

Este reglamento incorpora una serie de principios y mecanismos que pretenden garantizar la ética en el ejercicio del cargo bajo los principios de probidad, transparencia, igualdad, plurinacionalidad e interculturalidad, principio de veracidad, entre otros.

Destacamos la creación de un Comité de Ética, Probidad, Transparencia, Prevención y Sanción de las Violencias con el objetivo de prevenir, conocer, resolver y sancionar todo conflicto de carácter ético. Este Comité estará integrado por cinco miembros externos ratificados por el Pleno por la mayoría absoluta correspondiendo el quinto miembro con una persona perteneciente a comunidades u organizaciones indígenas territoriales. La designación será mediante un mecanismo aleatorio definido por la Mesa a partir de una terna propuesta por los y las convencionales constituyentes de escaños reservados. El Comité, adoptará sus acuerdos por al menos tres de sus miembros presentes.

Ahora bien, el debate más fuerte que generó este Reglamento fue la incorporación del “negacionismo” como actitud a sancionar, de manera que se reprenderá a quienes justifiquen o minimicen tanto los crímenes de la dictadura de Pinochet, como el “genocidio cultural” sufrido por los indígenas o las “violaciones a los derechos humanos” ocurridas durante el estallido social de 2019. Evidentemente, esto provocó muchas reacciones en contra por parte de la derecha y es sin duda una gran conquista de la movilización social. También se logró incluir un artículo referido a las noticias falsas, sancionando su difusión.

– Reglamento de participación y consulta indígena

El reglamento de participación y consulta indígena tiene por finalidad garantizar la participación de las naciones preexistentes en todo el proceso constitucional, por lo que se establecen los mecanismos pertinentes, permanentes, vinculantes y continuados de participación y consulta indígena para presentar propuestas, recomendaciones y establecer acuerdos para ser debatidas en la etapa de deliberación del proceso constituyente.

Se generó un interesante debate en relación con el carácter vinculante de la participación originaria: había propuestas que pretendían que los acuerdos adoptados en los procesos de participación de pueblos y naciones originarias vincularan la redacción del texto constitucional, pero esta propuesta se rechazó, y se fijó esa participación vinculante para el debate constitucional, es decir, que “los acuerdos alcanzados en el proceso de participación y consulta indígena deberán incorporarse en los informes remitidos a las comisiones temáticas y en las propuestas de normas constitucionales sobre derechos individuales y colectivos indígenas que serán sometidas a aprobación conforme a las normas generales”.

Para canalizar toda esta participación se creará una Comisión denominada de Derechos de los Pueblos Indígenas y Plurinacionalidad cuya principal tarea será propiciar y acompañar el proceso y tendrá carácter permanente.

Podemos destacar una fuerte discusión formal que se produjo en la última fase de aprobación de este Reglamento, en la que se aceptó una indicación que modificaba una gran cantidad de artículos. Lo más destacable de esta polémica, es que al igual que había sucedido con el término de “negacionismo” en el Reglamento de Ética, los y las convencionales de Vamos por Chile, quedaron solos en su oposición.

– Reglamento de participación popular

Este Reglamento establece los mecanismos de participación de la ciudadanía en el proceso constituyente, distinguiendo los mecanismos convocados y los autoconvocados, es decir, los que se articulan desde la Convención o los que se inician por parte de la ciudadanía.

Se regula una gran cantidad de mecanismos, así como también se hace un esfuerzo especial por integrar en ellos a los sectores subalternos, o con más dificultad de participar (personas con discapacidad, adultos mayores, niños, niñas, adolescentes, personas privadas de libertad, residentes en el exterior, u otras situaciones).

De entre ellos, destacamos, el plebiscito intermedio dirimente, que ya hemos analizado anteriormente, o la iniciativa constituyente.

Los mecanismos de participación estarán a cargo de la Comisión de Participación Popular, que tendrá el carácter de funcional y permanente. Estará compuesta por, al menos, 21 integrantes: uno de la mesa directiva; dos de escaños reservados, 11 integrantes adicionales y un representante de cada una de las siete comisiones temática.

Ahora bien, la participación efectiva y la “conexión” con el proceso constituyente no se logrará solo con la aprobación de este Reglamento o el de Participación Indígena, sino que dependerá de si el pueblo chileno sigue vinculado a este proceso, ilusionado e implicado en él. Es pronto aún para saber si temas como el de los 2/3 han podido hacer mella en esta implicación, pero las elecciones presidenciales serán un testeo importante. La conexión e identificación del pueblo con la Convención es vital para este proceso constituyente.

  1. ¿Qué convención para qué constitución?

La radiografía interna de la Convención Constitucional que aprueba estos Reglamentos no se parece mucho al órgano que se constituyó el 4 de julio.

En ese momento, la Convención contaba con tres grandes alianzas electorales (Vamos por Chile ‒coalición de los partidos de la derecha‒, Apruebo Dignidad ‒Partido Comunista de Chile, Frente Amplio y Federación Regionalista Verde Social‒ y la Lista del Apruebo ‒ex Concertación‒), además, hacía su aparición una lista apartidaria altamente exitosa: la Lista del Pueblo, que fue sin duda una de las grandes sorpresas de la jornada electoral de mediados de mayo, y que estaba integrada por líderes sociales surgidos en gran parte del estallido social.

Además, nos encontrábamos con la lista de los Independientes por una Nueva Constitución y por último varias candidaturas independientes.

Actualmente al interior de la Convención podemos encontrarnos con diez grupos, y dos de esas grandes coaliciones electorales han desaparecido como tales, así como también la Lista del Pueblo:

Estos grupos son los siguientes:

  1. Vamos por Chile (37): Era como dijimos la coalición de la derecha, y continúa estable desde su conformación. Dentro de ellos hay determinados sectores más dialogantes. Rodrigo Álvarez cuenta con una Vicepresidencia Adjunta.
  2. Pueblos indígenas (17): Es un grupo muy relevante dentro de la Convención, que ocupa la Presidencia del órgano y dos Vicepresidencias Adjuntas. Mantiene una relación bastante armónica, si bien en los inicios hubo cierta tensión ya que se postularon dos candidatas diferentes para la Presidencia: Elisa Loncón, apoyada por el Frente Amplio, y que finalmente consiguió la Presidencia, e Isabel Godoy, apoyada por el PCCh. No obstante, superado este primer momento, su comportamiento es bastante homogéneo.
  3. Colectivo Socialista (17): Aunque había concurrido a las elecciones dentro de la coalición de la Lista del Apruebo, una vez comenzaron los trabajos de la Convención, el Partido Socialista se organizó en torno a un grupo propio. Esto le ha facilitado su acercamiento a los y las convencionales del Frente Amplio.
  4. Pueblo Constituyente (16): Antigua Lista del Pueblo. Varias tensiones, muchas relacionadas con el intento por parte de algunos integrantes de la marca, de articular una lista propia para las elecciones presidenciales de noviembre, rompe la lista inicial, así, de los 26 representantes que consigue ésta al inicio, actualmente el grupo cuenta con 16. Algunos simplemente siguen su camino en solitario, otra, como Elisa Giustinianovich, se integró en el grupo que conformaría el colectivo feminista, y Rodrigo Rojas Vade, que inicialmente se incluyó en este grupo, quedó, después del escándalo sobre su persona (al que se le acusa de haber mentido sobre la enfermedad que supuestamente había sufrido), quedó fuera de cualquier dinámica interna. Precisamente, era Rojas Vade, una de las personas más importantes dentro de este grupo, que además contaba con una Vicepresidencia Adjunta en la Mesa, por lo que también el peso simbólico de este grupo quedó impactado con la salida de este convencional.
  5. Apruebo Dignidad-Frente Amplio (16): Sus miembros concurrían, como vimos, dentro de la Lista de Apruebo Dignidad, pero tanto el Partido Comunista de Chile, como el Frente Amplio, prefirieron organizarse por separado al interior de la Convención; recordemos además que justo en las semanas del inicio de funcionamiento de la Convención se estaban desarrollando las primarias entre los candidatos de estas dos marcas, lo que incrementó la tensión entre ellas. Dentro de este grupo podemos resaltar la importancia de la figura de Jaime Bassa, vicepresidente de la Convención, que como otros integrantes de este grupo tiene perfil de jurista independiente, y que es una figura muy relevante dentro de la Convención.
  6. Movimientos Sociales Constituyentes (12): Está compuesta por 10 mujeres y 2 hombres, y representa posiciones feministas y ecologistas. Es un grupo relevante y cohesionado, que cuenta con una Vicepresidencia Adjunta en la Mesa, Elisa Giustianianovich.
  7. Independientes Nueva Constitución (13): Este grupo permanece relativamente parecido desde sus inicios, siendo bastante cercano al Colectivo Socialista y al Frente Amplio.
  8. Apruebo Dignidad-Chile Digno (10): Agrupa a los y las convencionales del PCCh, y a los tres de la Federación Regionalista Verde. También es un grupo cohesionado, donde destacamos la figura de Bárbara Sepúlveda, quien tiene un rol importante en la articulación de propuestas populares. Una de las fricciones entre el FA y el PCCh vino dada precisamente por el hecho de que el primero no quiso apoyar su candidatura a una de las Vicepresidencias Adjuntas.
  9. Colectivo del Apruebo(7), y Lista del Apruebo (2): Una vez el Partido Socialista se conforma como grupo, la Lista del Apruebo, se divide a su vez estas dos, siempre dentro del entorno de la ex Concertación.
  10. Lista del Pueblo(1) y Convencionales sin grupo (7): estos y estas convencionales no se incluyen en ningún grupo en concreto, y en su mayoría son convencionales vinculados a sus asambleas territoriales.

Es interesante analizar cómo se articulan las alianzas al interior de la Convención, con esta miríada de grupos, tendencias, y culturas políticas tan dispares, y es cierto que, aunque en los trabajos de la Convención al interior de las Comisiones provisionales que han elaborado los textos de los Reglamentos se ha tratado de articular consensos (los textos se aprueban por unanimidad), podrían intuirse ciertas sinergias entre los grupos conformados por Chile Digno, Movimientos Sociales Constituyentes, Pueblo Constituyente y los escaños indígenas. Así como, por otro lado, se pueden detectar ciertas sinergias entre el Frente Amplio, el Colectivo Socialista y los Independientes Nueva Constitución.

Pero en la fase final de aprobación de los Reglamentos en el Pleno, es decir, en la fase de presentación de indicaciones (una suerte de alegaciones a cada artículo en las que se proponía determinados cambios), estas sinergias se han visto reforzadas, ya que muchas de estas indicaciones se presentaban de forma conjunta bien por el primero de los bloques, o por el segundo, llegando al mayor desencuentro entre ellos en la votación de los 2/3 antes comentada.

Por todo ello, parecen existir tres tendencias o bloques de trabajo al interior de la Convención:

  • El bloque del oficialismo y la derecha, donde podemos encontrar algunas posturas menos confrontativas.
  • El bloque conformado por el FA-PS-INC.
  • El bloque comunista-indigenista-movimentista.

Ahora bien, esto no quiere decir que el segundo y el tercer bloque sean bloques desconectados, ya que en varias votaciones con alta carga de polémica (las peticiones de incrementar los supuestos en los que procederían las mayorías de 2/3, o la votación relativa al negacionismo, las noticias falsas o la polémica sobre la indicación del Reglamento de Participación Indígena), han votado de forma mayoritariamente conjunta, aislando a los constituyentes de la derecha.

Es de esperar que en el seno de las Comisiones la articulación de alianzas se complejice, máxime cuando como avisábamos al inicio la correspondencia de representatividad entre el pleno y las comisiones no va a ser automática, y se deberán prestar apoyos entre grupos para conseguir los avales necesarios para poder integrarlas.

Por lo tanto, en la Convención Constitucional, como en Chile, todos los escenarios están abiertos ante el apasionante camino de la elaboración del texto que definirá al nuevo país.

Auxiliadora Honorato

Jurista especializada en derecho público y antropóloga, fue Secretaria de Acción Institucional de Podemos y Secretaria de Administraciones Públicas. Diputada en el Congreso Español en las legislaturas XI y XII, donde ejerció la portavocía de Hacienda y Función Pública. Ha participado en diversos proyectos de índole jurídica en Bolivia y…