En pocas horas se conocerá el veredicto del pueblo colombiano, quien tomará la decisión que le permitirá cambiar el rumbo a más de medio siglo de guerra. El plebiscito, por medio del cual se hace partícipe a la ciudadanía para la aceptación o el rechazo de los Acuerdos alcanzados en cuatro años de negociación en La Habana con las FARC, tendrá lugar el próximo 2 de octubre, con la atenta mirada de una comunidad internacional volcada con la paz en Colombia.
Los liderazgos más contundentes de la campaña del plebiscito lograron polarizar la opinión pública. En un clima de enconado debate, los partidarios del No esgrimieron incoherentes argumentos en defensa de la continuación de la guerra, frente a los partidarios de Sí, que lograron aunar los intereses de diversos sectores políticos, empresariales, sociales y culturales que, en una poco frecuente comunión, lograron batir al No en el debate público.
Es de esta forma como el Sí se consolidó como la opción con más capacidad de cultivar votos a comienzos de septiembre, con un rotundo 72% de los ciudadanos encuestados que votaría Sí, frente a un 28% que votaría No. Sin embargo, la más reciente encuesta de Ipsos Napoleón Franco reduce las expectativas de principios de mes a un 66 % de los electores que apoyarían el Sí, frente a un 34 % que se decantarían por el No, con una abstención que se mantiene en el 44% del electorado.
El alto nivel de abstención se relaciona también con un amplio desconocimiento de los Acuerdos: de los encuestados, el 38% manifestó no conocer lo que se va a votar, una cifra escandalosa en la que las dinámicas de información de los medios de comunicación en Colombia han jugado un papel muy importante, un factor sobre el cual los observatorios de comunicación llevan tiempo llamando la atención[1].
En el marco del proceso, los momentos más emotivos fueron, sin lugar a duda, los protagonizados por las víctimas en sus encuentros con integrantes de las FARC. Aparte del esperado momento de perdón durante la firma de los acuerdos, fue clave el acercamiento entrelos miembros del Secretariado y los familiares de los diputados del Valle; y de ‘Pastor Alape‘ e ‘Iván Márquez‘ con las víctimas de La Chinita. También, en concordancia con esta voluntad de perdón y resarcimiento de las víctimas, las FARC anunciaron la entrega de bienes y reparación económica de las víctimas, como parte de los acuerdos alcanzados.
Así llega Colombia a una jornada de reflexión que precede quizá uno de los procesos electorales más relevantes en su historia, ese proceso que abre las puertas a la consolidación de la paz y la superación del conflicto, y en el que se da el primer paso de un largo y complejo camino de reconciliación social, de búsqueda de la equidad y, ante todo, de superación de la barbarie de la guerra que ha condenado a generación tras generación del pueblo colombiano.
[1]http://www.elespectador.com/noticias/politica/los-medios-deuda-articulo-600588