La administración Biden pretende fortalecer la presencia multilateral de Estados Unidos (EE. UU.) en organismos como el G7, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y vincular su “Iniciativa Reconstruyamos un mundo mejor” (B3W) en Europa y América Latina para frenar el avance de China y Rusia en proyectos de infraestructura, comercio y poder militar. A ello se suma el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con Maurico Claver Carone para incentivar y otorgar préstamos a los países latinoamericanos en rubros como infraestructura y manufactura, entre otros. Entre los dilemas de la geopolítica se encuentra la disputa por infraestructura y la pugna entre China y EE. UU., así como la reorganización del sistema multilateral.
Iniciativa Reconstruyamos un mundo mejor (para EE. UU.)
– En su visita a Europa, Joe Biden presentó ante el G7 el plan de infraestructura “Iniciativa Reconstruyamos un mundo mejor” (B3W). Junto con el G7 utilizarán la iniciativa para movilizar capital del sector privado en áreas como clima, salud, seguridad sanitaria, tecnología digital y equidad e igualdad de género en África, América Latina y el Indo-Pacífico.
– EE. UU. pretende movilizar capital vía la Corporación de Financiamiento para el Desarrollo (DFC antes OPIC), USAID, ExIm Bank, Millennium Challenge Corporation, la Agencia de Comercio y Desarrollo (USTDA) y organismos como el Fondo Asesor de Transacciones, además del BID, FMI, BM. El objetivo también es contribuir al plan de recuperación de empleo en EE. UU.
– En reciente visita de la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, junto con el Comando Sur, el Departamento de Defensa y el Consejo de Seguridad Nacional, anunciaron el acuerdo entre Banco Sudameris y la DFC, y un acuerdo paralelo con Citibank para el financiamiento por 125 millones de dólares para pequeñas y medianas empresas paraguayas.
G7 y pandemia
– Los miembros del G7 (Alemania, Canadá, EE. UU., Francia, Italia, Japón y el Reino Unido) propusieron combatir la crisis de la pandemia con mil millones de dosis de vacunas, sobre todo vía el mecanismo COVAX, y otorgar tratamientos para las naciones menos desarrolladas, reforzar la vigilancia sanitaria y reformar la Organización Mundial de la Salud (OMS). No hubo declaraciones sobre la eliminación de las patentes (apoyada por EE. UU. y Francia) y rechazada por Alemania.
– Acordaron aumentar ingresos fiscales para apoyar la inversión. La propuesta es que a través de la OCDE y el G20 se cree un “impuesto de sociedades mínimo” de al menos 15 % (según cada país puede variar). Este acuerdo se impulsará en la reunión de Ministros de Hacienda y bancos centrales del G20 de julio de 2021.
– Acordaron aumentar contribuciones financieras para combatir el cambio climático por la vía de tecnologías y transición energéticas hacia fuentes sostenibles. Los siete miembros se comprometieron a “movilizar 100 mil millones de dólares por año de fuentes públicas y privadas hasta 2025” para reducir las emisiones de carbono en países pobres.
BID e inversiones en América Latina
– El BID tiene actualmente 609 proyectos activos “con garantía soberana” en América Latina por 54.871 millones de dólares. Destacan Brasil (84), Argentina (62), Paraguay (45), Uruguay (38), Ecuador y Colombia (35 cada uno). Los proyectos están concentrados en “Reforma y modernización del Estado” (88), Transporte (79), Agua y saneamiento (74), inversión social (66), salud, energía y mercados financieros (43 cada uno). A estos proyectos activos se suman los proyectos propuestos en 2021 que a julio de 2021 suman 1.327,2 millones de dólares.
-En junio de 2021 el BID aprobó un préstamo por 200 millones de dólares para Argentina para un programa de saneamiento de agua potable y saneamiento de agua para poblaciones menores a 50 mil habitantes. El préstamo cuenta con un plazo de amortización de 23.5 años, periodo de gracia de 7 y tasa de interés basada en el London Interbank Offered Rate (LIBOR). Se suma a los 265 millones de dólares que otorgó el Banco Mundial para saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo en el área metropolitana de Buenos Aires.
EE. UU., G7 y OTAN vs China y Rusia
– Los esfuerzos de EE. UU. en el G7 y la OTAN han estado encaminados a fortalecer la postura multilateral en contra de China y Rusia, aspecto que ya se perfilaba desde que Biden comenzó su administración y da continuidad a la política de Trump.
– Para detener el avance chino en América Latina, los senadores Bob Menéndez, Marco Rubio, Ted Cruz, Tim Kaine y Ben Cardin propusieron desde agosto de 2020 la “Ley de Promoción de la Competitividad, la Transparencia y la Seguridad en las Américas” (ACTSA, por sus siglas en inglés). Esta ley, con carácter extraterritorial, pretende mejorar y ampliar la presencia de EE. UU. en la región y contrarrestar el avance chino en infraestructura física y digital (red 5G). La ley propone mejorar herramientas económicas y presencia diplomática de EE. UU. en América Latina, contrarrestar “prácticas económicas malignas” y apoyar el financiamiento de la sociedad civil vía asistencia para el desarrollo.
– Por último, existe un presupuesto discrecional del Departamento de Defensa para la Iniciativa de Disuasión del Pacífico que constará de 715 mil millones de dólares para modernizar y crear capacidades militares de disuasión de China y Rusia.
La iniciativa de Biden para “construir un mundo mejor” pretende ser el ariete mediante el cual EE. UU. plantea “salir de la crisis”. Para ello hay tres aspectos críticos: 1) recurrir y reformar el sistema multilateral, ello incluye a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la la Organización Mundial de Comercio (OMC), por lo menos; 2) reactivar la presencia de EE. UU. en el G7, G20, OTAN, entre otros; 3) aprovechar el financiamiento vía préstamos del BID, FMI, BM e instituciones del Gobierno estadounidense para propiciar inversiones privadas en regiones como América Latina, África e Indo-Pacífico.
A la par, se enfrenta a China en el aspecto comercial, que ha planteado vía la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) y la Iniciativa de la Franja y la Ruta (OBOR en inglés), una nueva geopolítica en el Pacífico y se ha metido en organismos multilaterales occidentales, de ahí la necesidad de EE. UU. de “Reformar, Reactivar, Financiar”, en un mundo que tiende a la “bloquización”. Llega tarde el apoyo del G7 a países del sur global en la vacunación contra COVID-19 pues varios de estos países han comenzado la inoculación con las vacunas producidas por China y Rusia ante la limitación del mecanismo COVAX y el acaparamiento de vacunas de los países del norte. Asimismo, Cuba, a pesar del bloqueo, ha avanzado en la vacunación con sus propias vacunas y ha exportado a algunos países de la región.