
¡Hasta Siempre, Agus!
La muerte inesperada e inimaginable es egoísta. No permite nada. Ni siquiera pensar las palabras, ni las posibles buenas conversaciones que allí quedaron, ni los abrazos. Viene, entra y se va. Deja un vacío. Deja demasiadas cosas pendientes. Abre preguntas infinitas. Es terrible. Asfixiante. Así nos deja la muerte de Agustín Lewit. Un gran tipo … Seguir leyendo