El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció hace unas semanas el inicio de una reforma del Poder Judicial conducente a un sistema de elección popular de los miembros de las Altas Cortes.
Esta decisión tiene lugar en un contexto en el que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha ganado protagonismo político por sus actuaciones contra medidas fundamentales impulsadas por la 4T. En términos cuantitativos, de las 24 iniciativas legislativas de la 4T que llegaron al plenario de la Suprema Corte se frenaron 15 (el 62 %), declarando su inconstitucionalidad. Su actual presidenta, Norma Piña, nombrada por Peña Nieto, votó en contra de las iniciativas gubernamentales en el 87,5 % del total de sus pronunciamientos (ver Anexo).
Los magistrados que intervienen activamente en la vida política en México son ministros no electos por la ciudadanía. ¿Quiénes son, cómo son elegidos, cuál es su origen, qué privilegios tienen y cómo viven los magistrados de estas instituciones judiciales que ahora toman partido contra la 4T?
CELAG ha iniciado una serie de estudios que pretenden caracterizar y radiografíar minuciosamente el Poder Judicial en América Latina. Este es el resumen ejecutivo del informe sobre la Suprema Corte de Justicia en México.
Unas Altas Cortes alejadas de la ciudadanía
- Largos mandatos: la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México funge como Corte Suprema y Constitucional, siendo el órgano judicial federal máximo en todos los niveles. Cuenta con 11 miembros elegidos por 15 años.
- Método de elección: la Presidencia de la República propone al Senado una terna de tres candidaturas para cada puesto vacante y, previa comparecencia, el Senado elige a uno de ellos por mayoría cualificada de dos terceras partes. En la composición actual, cinco fueron nombrados por Felipe Calderón, dos por Enrique Peña Nieto y cuatro por AMLO.
- Corte masculinizada: en la SCJN solo uno de cada tres son mujeres; concretamente, encontramos cuatro ministras frente a siete ministros, un 36 %. De las cuatro ministras, tres fueron nombradas por AMLO durante su sexenio, solo una –Norma Piña, propuesta por Peña Nieto– por los presidentes anteriores.
- Baja confianza de la ciudadanía: conforme a los informes demoscópicos de Latinobarómetro –que lleva más de una década analizando América Latina– la confianza en estos órganos supremos del Poder Judicial ha venido cayendo sistemáticamente desde hace una década. Entre 2010 y 2020, las personas que confiaban poco o nada en estas instancias aumentaron 5 puntos, hasta alcanzar un desprestigio de un 75 % de mexicanos y mexicanas que no confían en sus instituciones judiciales.
- Centralismo: actualmente, seis ministros son originarios de CDMX y 5 de regiones. Existe una fuerte sobrerrepresentación capitalina, ya que el 54,5 % de las magistraturas son de CDMX, mientras que la capital solo representa al 17,5 % de los mexicanos y mexicanas.
- Envejecida: el promedio de edad de miembros de la Corte Constitucional (con los datos disponibles) es de 63,7 años en promedio para los 11 magistrados, más que el doble de la edad media de la población mexicana (29 años).
Privilegios de los magistrados
- Salario exorbitante: el salario mensual de cada ministro es 165 % el salario presidencial (US$ 16.550 frente a US$ 10.000). El salario de un ministro equivale a 25 veces el salario medio mexicano.
- Además, cuentan con complementos y primas que aumentan esta cuantía. Según el manual que regula las remuneraciones del Poder Judicial, los jueces reciben además aguinaldos (US$ 32.600), bonos de antigüedad, primas, bonos por riesgos (US$ 35.600 anuales), seguros, ayudas y otros estímulos económicos.
- Sumando salarios y todos los estímulos, un ministro se la SCJN puede totalizar US$ 272.500 anuales, más que el doble que el presidente, quien se acercaría a los US$ 120.000 anuales brutos.
- Recientemente se publicó un exhaustivo estudio impulsado desde el Senado por Ricardo Monreal, en el que se recogían los 40 privilegios de los ministros y ministras de la Suprema Corte. Destacamos ahora algunos de los ahí recogidos:
- Un fondo para comer en restaurantes de lujo por $723.690,24 anuales. Mientras los hogares mexicanos destinan según el INEGI $120.000/año en promedio para cubrir las necesidades básicas (alimentos, bebidas, tabaco, así como movilidad, comunicaciones y educación).Vehículo oficial y vivienda: cada ministro recibe dos vehículos blindados tipo suburban, con valor acumulado de $6.000.000, que se renuevan cada dos año y que pueden mantener cuando se jubilen, apoyos para gasolina por $22.000 mensuales, además de escoltas y vivienda.Seguros médicos y pensiones: seguro de gastos médicos para ministras, ministros y su familia nuclear por $30.000.000 en adelante, así como $188.099/año para compra de medicamentos. Cuando se retiran, reciben una pensión vitalicia por casi la práctica totalidad de su sueldo.Teléfonos y computadoras: tres equipos de cómputo e impresión. Seis teléfonos celulares de gama alta para ministros y familiares y/o personal de apoyo, con plan ilimitado de datos que se renuevan cada año. Tres iPads con servicio de Internet ilimitado. Papelería personalizada.
- Cargos estables: sus cargos duran 15 años, casi el triple que el presidente y muy alejados de la media de estabilidad del país, donde el porcentaje de informalidad en el empleo alcanza el 55,1%.
